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Hasta el 6 de enero
tu cuerpo es tuyo

Tu cuerpo es tuyo

Tu cuerpo es tuyo, amor mío, tu cuerpo es tuyo.

Cuando tu cuerpo estaba en el mío, lo amé y honré cada día. Aprecié cómo crecía y lo traté como lo más sagrado. Así te vivía en mi: como algo sagrado que había que respetar y honrar profundamente.

Cuando te tuve entre mis brazos, adoré cada parte tuya. Te miré los dedos de las manos, la nariz, tu boca y los mofletes y juré que procuraría transmitirte lo sagrado de tu cuerpo.

Después, ya en casa, pasaba horas admirando ese cuerpecito tuyo que me cabía en un brazo. Seguía en mi la idea de que tu cuerpo era como un templo sagrado que había que preservar y proteger y hoy, muchos años después, sigo sintiendo lo mismo.

Eras muy pequeña y ya me escuchabas decirte “tu cuerpo es tuyo”, para que te quedara bien claro desde el principio que nadie podía entrar en ese espacio privado y sagrado que eras tú.

En cada cambio de pañal, en cada baño, te anunciaba lo que iba a venir para que no lo vivieras como una invasión de la que no puedes protegerte… Sí, a veces para mi era cansado, porque los niños muchas veces no os gusta lavar la cabeza, ni el agua en los ojos… y había que aprender a gestionar esas situaciones de la mejor manera. No, a veces no era fácil.

Me has visto limpiar la copa menstrual y hemos hablado de la regla. De nuestro ciclo, de nuestro cuerpo. Respondo todo lo que me preguntas sin evasivas, mereces saber. Saber te va a empoderar, te va a ayudar a conocerte mejor, te va a hacer más libre.

Y a menudo sigues escuchándome decir “tu cuerpo es tuyo”. “Sí, mamá, lo sé”. Y sonrío, porque sé que es verdad, que lo sabes. Porque a veces, cuando discutís con tu hermana porque quiere pintarte un tattoo con boli en el brazo, te escucho decirle “mi cuerpo es mío, tú no mandas en mi”, y vuelvo a sonreír, porque sé que lo tienes claro, igual que ella.

Sí, las dos sabéis que vuestro cuerpo sólo os pertenece a vosotras y que es algo sagrado que hay que cuidar, amar, y honrar. Ojalá no lo olvidéis nunca. Nunca. Por nada ni por nadie.

Vuestro cuerpo es vuestro y es lo más precioso que han visto jamás mis ojos. ¿Os acordáis de lo que os digo cuando os acuesto? “Me gusta cada parte de lo que eres, por fuera y por dentro, no te cambiaría absolutamente nada”.

Y a veces, viendo las noticias, o hojeando una revista, aparecen los fantasmas: esos miedos de si algún día odiaréis vuestro cuerpo y sus cambios, o si algún día alguien osará no trataros como os merecéis… A pesar de que se me revuelve todo, a pesar de que esos fantasmas me asustan, vuelvo rápidamente a confiar en lo que sembramos cada día nosotros cuatro en casa.

Que veáis cómo los adultos que vivimos con vosotras respetamos nuestros cuerpos y nos cuidamos. Cómo los valoramos y honramos. Cómo aceptamos sus cambios y los amamos en cada fase que atraviesan.

Que viváis inmersas en el respeto a los cuerpos, que son templos sagrados que nadie tiene derecho a invadir jamás.

Que viváis en la certeza de que sois merecedoras de que os traten bien hoy y siempre.

Que viváis sabiendo siempre que vuestro cuerpo… es sólo vuestro.

Os quiero. 

Mamá.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

24 respuestas

  1. Precioso Miriam, me ha encantado y emocionado. Ojalá nos enseñaran a todos a respetar nuestro cuerpo y amarlo tal y como sea. Deberia ser asignatura en el cole. Gracias

  2. Es una carta preciosa!
    Yo he odiado mi cuerpo, desde siempre hasta hace dos años y medio, hasta el día que nació mi bebé y entré en una nueva dimensión donde pude comprender y valorar mi cuerpo, con todas sus imperfecciones, por aquello que había sido capaz de hacer. Y desde entonces aprendo a quererme cada día un poco más, no porque lo sienta así (mi empoderamiento se fue apagando a la vez que el chute de hormonas del puerperio) sino porque me partiría el alma que mi niño no lo hiciera, que no se quisiera y no valorara su cuerpo como lo precioso, valioso y sagrado que es.
    Así que me guardo tus palabras, tu carta, para él y también para mí. Muchas gracias, un beso!

  3. Precios Miriam. Crec que no ho veia fins ara com algo tan profund.. I si ens cuiden a casa i possem enfasi, pero amb aquest paraules m’empoderes per posar paraules i donar la importancia que realment té cadascu.

  4. Me emocione cuando iba leyendo tu carta, yo tengo un hijito de un mes y me siento identificada con lo que escribes… e realidad el cuerpo de nuestros hijos y de nosostros es un templo tan sagrado que debemos cuidarlo. Yo no dejo de mirar a mi bb en cada instante del dia , me gusta comtemplarlo ..ver cuando duerme sus gestos, su risas a carcajadas , y si cuando reniega en sus sueños… etc

  5. Cuando anunciaste está carta caí en el error de pensar «Se la ha escrito a sus hijas, es más para niñas»(yo tengo un hijo), influenciada por esta sociedad machista. Pero hoy, algo me ha llevado hasta ella y me alegro muchísimo porque el cuerpo de cada uno es de cada uno, sea hombre o mujer, niña o niño, y porque no solo tenemos que enseñar a respetarse y quererse sino a hacerlo con los demás. Así que gracias por compartir estas cosas tan importantes. Un abrazo.

  6. Me ha encantado tu blog. Tu historia de “por qué no puedo parir”, la cual siento tan mía (a diferencia de que yo aún vivo un duelo por no poder parir). Tengo una niña de un mes y a partir de hoy ella sabrá que su cuerpo es suyo. Un abrazo.

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