Desde que voy a TV3 a hablar de crianza y educación consciente he tenido que enfrentarme a un miedo, viejo conocido. Aparece en forma de nervios en algún momento y me recuerda “¿y si te quedas en blanco?”. La primera vez no me dí cuenta pero a la segunda me senté y dije “ojo, que este miedo hay que mirarlo con calma”. Y tiré del hilo.
¿Había aparecido con anterioridad? Sí, cuando era pequeña y tenía un examen. Siempre ese miedo de quedarme en blanco.
Muchos miedos que tenemos hoy se instalaron en nuestras infancias.
Los integramos, sin saberlo, y del pasado, van resucitando en el presente en determinados momentos cuando las situaciones se parecen. ¿Qué hacer?
- Darnos cuenta que el miedo es el mismo pero que nosotras ya no. Que hemos crecido y tenemos herramientas.
- Nombrar el miedo: “Tengo miedo de quedarme en blanco”. Hacerlo visible justamente para que desaparezca.
- Desmontarlo. Ejemplo: ¿y qué pasaría si me quedara en blanco? Como mucho, saldría en algún programa de pifias y se reirían de eso. Pero eso no soy yo. Yo no soy ese hecho, soy (somos) mucho más. Así que bueno, sería una experiencia de la que aprender a trascender el ego y crecer. Nada más.
- Abrazar a esa niña que tenía tanto miedo en los exámenes a quedarse en blanco. Mimarla y comprenderla para sanar alguna herida que había por ahí.
- Tirar del hilo para VER que en el fondo del fondo aparece el miedo a no ser suficiente. Abrazar eso también y conectar con la esencia de lo que somos, que es basta, gigante y eterna, siempre suficiente, completa, y sin necesidad de demostrar nada porque lo es todo.
Hacer este proceso nos permite situarnos en un lugar más seguro y gozar, sin miedo, de lo que sea que tengamos que hacer y que nos nublaba un miedo pasado.
El miedo va a seguir apareciendo, pero si tenemos claro lo que hay que hacer cuando aparece, el desmontarlo, será rápido y podremos seguir viviendo una vida plena.
Ojalá mi experiencia te resuene y ayude de algún modo.
Articulo publicado en Instagram y Facebook el 6 de Noviembre de 2020