Amanece que no es poco. Porque no lo es. La vida es efímera, familia. No sé si somos realmente conscientes de ello. Porque nos quejamos más, en general, que lo que nos celebramos.
Ayer me acosté leyendo que Kobe Bryant y su hija de 13 años habían muerto en un accidente. Este fin de semana creo que 5 personas han muerto solo en Catalunya en la carretera. Así: visto y no visto, en un segundo, seguramente. Y tantas otras.
Abrazaros mucho, despediros transmitiendo lo mucho que les amáis, celebraros al volver a estar juntos, sentid el amor correr por vuestras venas, intentad no molestaros por cualquier cosa, respirad conscientemente y dejaros maravillar por todo aquello que sea normal y extraordinario a la vez (una sonrisa, darse la mano, acostar a un hijo/a, etc.) porque un día no podremos hacer nada de todo esto.
Que el sabernos efímeros y mortales nos haga convertirnos en celebradores constantes de la vida y de sus infinitos instantes
Feliz semana y ojalá resuene por dentro
Artículo publicado en Instagram y Facebook el 27 de enero de 2020
Un comentario
Todo es efimero. Todo es eterno.