Echo de menos a mis abuelos. La pandemia ha hecho que nos veamos mucho menos y que no les pueda abrazar ni hacer con ellos lo que hacíamos antes. Pero hoy…
Cuando era muy pequeña mis abuelos me llevaban al bosque muchas tardes. En otoño, los fines de semana, les acompañaba a buscar setas. Ellos son muy cracks en eso. Cracks de hacer concursos familiares y todo. Disfrutábamos. Me transmitieron la pasión por las setas y por el bosque.
Y hoy… hemos salido a buscar setas, y a cada una que encontraba, me comunicaba con ellos por telegram. Les mandaba videos, audios… para que pudieran, de alguna forma, participar de la ilusión y del placer que provoca algo que les encanta y que ahora no pueden hacer. Ha sido bonito estar con ellos así.
Y hoy…, he visto la ilusión de mis hijas disfrutando a lo grande llenando el cesto y gozando de estar en el bosque, como gozaba yo antaño.
Y he pensado que la vida tiene cosas maravillosas,
porque cada vez que vaya a buscar setas, mis abuelos estarán en mi y conmigo, y cada vez que mis hijas vayan al bosque y yo ya no esté físicamente aquí, estaré en ellas y con ellas
porque me sentirán profundamente. Igual que he sentido yo hoy a mis abuelos y que me ha dado una paz en esto de la añoranza, que hacía tiempo que no sentía.
El hilo invisible, tirando fuerte
Ojalá resuene
Artículo publicado en Instagram y Facebook el 25 de Octubre de 2020