Si un día tengo que volver a parir, por favor, que sea en casa. Con los míos, con poca luz, con una ginecóloga que me entienda y me atienda como nos merecemos todas las mujeres y todos los bebés del mundo.
Rodeada de mujeres que sepan esperar, apoyarme y animarme cuando lo necesite. Personas de pocas palabras y de mucha, infinita empatía. Acompañada de profesionales que sepan hacer meticulosamente su trabajo y que a la vez, tengan la inteligencia emocional que requiere atender una mujer que está pariendo.
Si un día tengo que volver a parir, por favor, no quiero sentirme como la otra vez: que se te escapa todo de las manos, que estás a su suerte y que te sientes tan vulnerable que no puedes ni pensar, ni decir, ni hacer nada que contradiga lo que en cada momento te mandan.
Si un día tengo que volver a parir, por favor, que no sea ni con espátulas, ni ventosa, ni cesárea, ni con pruebas de PH en la cabeza de mi bebé todavía por nacer, ni con ruido de instrumental cómo si en una mesa de carnicería estuviera. No quiero nada de todo eso a pesar de que sé que yo, no lo controlo y que en el fondo, será lo que tenga que ser.
Pero sobre todo, si algún día tengo que volver a parir, por favor, que no sea con personas que no tienen ni idea de cómo se acompaña a una mujer acabada de parir.
No quiero nadie a mi lado que me diga “no llores” cuando, simplemente, es lo único que necesito
hacer en aquel momento o lo único que soy capaz de hacer.
No quiero frases estúpidas de “¡pero si es muy guapa!” para supuestamente animarte cuando ni siquiera lo has podido ver y sabes que estarás un buen rato antes de poderla abrazar. ¡¿Qué tiene que ver sentirte vulnerable, sola o enfadada porque no te permiten estar con los tuyos con que tu hija sea guapa?! Si un día tengo que volver a parir, por favor, que no sea con tan poca empatía porque creo que una segunda vez, no lo soportaría.
Si un día tengo que volver a parir, que no me separen ni de mi pareja ni de mi bebé. Esta es la espina que todavía llevo de mi hija y no quiero una segunda clavada en el mismo lugar. Quiero que estemos juntos, los tres y si conviene, los cuatro, en nuestra intimidad, gozando del momento sagrado que está aconteciendo.
Me pregunto por qué hace tantos días que pienso tanto en todo esto…
Quizás es porque una amiga a quien quiero mucho está a punto de parir y no quiero que sienta que nadie la agrede físicamente o emocionalmente, o quizás es porque cada vez siento más fuerte la llamada de este niño que sé que nos espera y a quien le digo a menudo: “carinyo, espérate un poquito, que todavía no estoy a punto… ¡Te quiero!”, porque sí, ya lo siento y lo amo casi cómo si ya corriese por toda la casa. Y entonces aparece lo inevitable: aquel paso que sabes que tendrás que hacer para tenerlo contigo que es parirlo, y me viene de dentro una fuerza inmensa que dice “Si un día tengo que volver a parir, por favor, que sea en casa: juntos y felices”.
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13 respuestas
Brindo per això, Míriam!
Gràcies! 🙂
Preciós aquest post Míriam! Tant de bo el dia que tornis a parir sigui tal i com descrius aquí, tal i com desitges. I tant de bo a la teva amiga li vagi molt bé també, tothom es mereix un part respectat!
Una abraçada ben forta!
I tant, Maria! Totes les dones i tots els bebès del món mereixem viure aquesta experiència amb respecte. Que sigui com hagi de ser, però amb respecte. Molt més fàcil acceptar que les coses no van com desitgem si al voltant hi ha empatia, acompanyament i respecte. D’altra manera… és tan dur, que se’t trenca l’ànima!
Una abraçada
Hermosas palabras, que plasman lo que muchas mujeres, demasiadas mujeres, sienten al enfrentarse a un segundo parto. Tengo esperanza, cada vez somos más las que deseamos lo mismo y, en cierto modo, está también en nuestras manos el conseguirlo.
Totalmente de acuerdo, Desastremadre.
Poquito a poco, creando consciencia, hablando de ello, reclamando lo que tanto anhelamos. Cuando acudimos a la visita al ginecólogo, cuando vamos al hospital, cuando estamos charlando con familiares y amigos… Y así, poco a poco se va gestando un cambio. Ojalá!
Un abrazo
Que así sea! Yo espero exactamente lo mismo.
Zary, guapa…
Ojalá podamos tener, algún día, un parto lleno de respeto. A todos los niveles. Besos!
Ojalá, yo confió que así será.
M’emociona quan veig que tens molt clar que serà un nen i no una nena, perquè a mi em va passar el mateix amb en Roger. Et desitjo el millor el dia que arribi al vostre costat, al de tots tres.
Gràcies Elisenda. Sí… Vas llegir un post que vaig escriure «POTSER T’HA PASSAT»? Busca’l amb el buscador a «posts». Va precisament d’això. D’aquesta intuïció que em fa creure que serà un nen. I mira que a mi m’és ben igual, vull dir que estaria també la mar de contenta amb una nena… i de fet, ara mateix tampoc tinc ganes de quedar-me embarassada! Però mira, no sé, alguna cosa m’ho diu.
Una abraçada
Gracies guapa! M»ha agradat molt el post! Has descrit ben be el q sento i se q serà el que hagi de ser, però estic contenta de la decisió que hem pres. Em sento mes respectada i lliure i això m’uneix a la meva parella i a les persones q m’envolten! A veure qu`e voldr`a fer el Quirze, ara mana ell. Espero poser respecar-me molt mes a mi mateixa en aquest part i ser capac de demanar el q necessito lliurement…i sincerament, crec que parint a casa, ha de ser mes facil!
Hola, Lali!
Celebro que t’hagi agradat. Tan de bo tinguis el part que desitges i sobretot, que sigui respectat. La resta… ja és una altra història, oi?! Molta sort. T’encendré l’espelma! 🙂
Una abraçada