12.5.2011
Ya os hablé de SEXO (I) -durante la preconcepción-, de SEXO (II) -durante el embarazo-, y ahora toca hablar de SEXO (III), la hora de la verdad!
Una de las preguntas que me hacía antes de tener un hijo, ya os lo he dicho alguna vez, era si podríamos dormir. Esta era la primera preocupación de la lista. Más abajo, pero no mucho, había otra: «como irá esto del sexo cuando tengamos un hijo?», porque todo el mundo te asusta y te asegura que cuando hay un niño en casa, lo del sexo, pasa a mejor vida. Para los que estéis buscando o esperando un bebé, no pasa a mejor vida, sólo faltaría, pero digamos que entra en otra fase porque cuando se es tres en casa, para que dos puedan hacer el amor se tiene que conseguir que el tercero en juego o esté durmiendo o esté en otro lugar. Y eso, como mínimo al principio, es muy difícil!
Que hay muchas parejas a quienes al principio no les apetece en absoluto tener sexo, lo sabe todo el mundo. Por un lado porque puede ser que físicamente, la madre esté hecha polvo y porque la nueva situación, a veces desbordante, baja la libido a cualquiera. El baile de hormonas también hace que la prioridad sea el bienestar del bebé; la naturaleza es sabia y si habiendo parido sólo nos preocupara el sexo, seguramente que habría niños que se hartarían de llorar esperando ser alimentados, limpiados, etc. y claro, de cara a la supervivencia de la especie, no interesa.
Pero os tengo que decir que también puede pasar otra cosa y es que, justo después de parir, la libido de la pareja esté muy, muy alta. Sí. El trabajo de parto, la llegada del bebé, estar los tres juntos… todo es una explosión tan grande y natural de la hormona oxcitocina (conocida como la hormona del amor porque es la que segregamos cuando hacemos justo eso, el amor), que provoca que muchas parejas pasen, durante muchos días, por una «luna de miel» espléndida. Quizás no pueden tener sexo de inmediato porque la mujer todavía tiene pérdidas, pero no por falta de ganas.
También es una etapa en que «hacer el amor» entra en otra dimensión. Ha habido tantos cambios en el cuerpo de la mujer, tantos cambios en casa, tanta sensación de «nueva familia» que sin duda, la primera vez que se hace el amor después del parto es impactante. Y con esta palabra incluyo un montón de sensaciones dependiendo del caso; doloroso si todavía duelen los puntos, espectacular porque tenemos el cuerpo mucho más sensible y es un momento de reencuentro después de muchos días, tal vez, emocionante, desconcertante… lo que sea.
El bebé va creciendo y cada semana es diferente de la anterior. Cambian las emociones, cambia el bebé, que cada día hace algo nuevo, cambia nuestra percepción de la realidad inmersas como estamos en el puerperio, el hombre tiene más trabajo que antes y más ganas de llegar a casa y estar con el su hijo / a… ¿Dónde queda entonces el sexo? Es difícil de decir. Porque a veces cuesta encontrar el momento. Si algo me chocó después de tener a mi hija fue la sensación del «no poder improvisar». Es decir, cuando tienes un hijo y este es pequeño (o sea que ni se va a dormir a casa de amigos, ni se marcha de colonias, ni está en la escuela, etc), o haces el amor cuando puedes o no lo haces nunca. Es decir, si la pareja espera a encontrar ese momento espontáneo, improvisado, lleno de preámbulos, como cuando hacían antes de quedarse embarazados… más vale que esperen sentados porque pueden pasar meses hasta que encuentren el momento propicio.
Me he hartado a reír hablando de sexo con otras madres y padres. Porque da risa, la verdad. Lo más habitual, desengañémonos, es aquello de «cariño, que ya duerme, corre, que tenemos media hora si tenemos suerte!», Y cruzar los dedos deseando que el bebé no se despierte justo en aquél momento. Hay quien pide a la suegra, a la hermana o a quien sea, que lleve al bebé a pasear para poder tener un rato de intimidad bien merecida. O que se despierta antes que el hijo para poder tener sexo en paz. ¡Y eso tiene mucho mérito! 🙂 Porque hay que tener muy claro que el gran enemigo del sexo en la maternidad/paternidad no es ni el bebé ni la nueva situación, ¡es el CANSANCIO! O sea que si queréis tener una vida sexual llena después de haber tenido un hijo tendréis que luchar a capa y espada contra él. ¡Espero que salgáis victoriosos! 😉
Un comentario
Uff! I si tens més d’un fill «ni te cuento»!!!!
Jajaja!!
😉