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Hasta el 6 de enero
sagrado

Sagrado

Hoy he estado con mujeres embarazadas y sus parejas. En el mundo hay muchas cosas sagradas pero quizás una de las primeras que me vienen a la mente es una mujer que está gestando una criatura. Pero como hay tantas y es tan natural que las mujeres tengamos hijos y nos crezca la barriga, y estemos 9 meses en estado, esta «cosa» tan sagrada se convierte en lo más «normal» del mundo. Para mí no es normal, es extraordinario. Pensar que dentro de aquellas barrigas hay un bebé que se mueve, que se chupa el dedo, que me escucha cuando hablo con su madre, que es feliz cuando su madre lo es, que se vincula con el padre cuando éste le dice cosas y pone la mano encima del vientre… esto es extraordinario.

Y me sorprende, a veces, y me cuesta ver cómo es posible que acompañemos tan poco estas mujeres, que sintamos a menudo poca empatía, que no las veneremos suficiente, respetando su estado, su tiempo y su «espacio».

Cuando yo estaba embarazada tuve bastante dolor de espalda, y mi problema crónico se convirtió en algo más cuando la barriga comenzó a pesar. Me sentí culpable cuando el médico me dio la baja (a los 7 meses de embarazo) entendiendo que no estaba en condiciones de bajar cada día a Barcelona (en coche y en tren) a trabajar. Pronto supe que es un sentimiento muy común entre las mujeres. Nos preocupa que en el trabajo piensen que tenemos morro, que crean que no queremos trabajar y que usamos el embarazo de excusa. Asimismo pensamos, «¿y si me apartan y cuando vuelvo ya no puedo hacer lo mismo?». Porque en el fondo, como hemos luchado por la igualdad y creemos firmemente que el embarazo NO es una enfermedad, queremos demostrar a no sé quién, que podemos aguantar hasta el final. Como si de lo que se tratara fuera de eso, de «aguantar».

Pero es que NO somos iguales. Un hombre no puede gestar un hijo en la barriga, no puede dar a luz. Y detenernos cuando sentimos que es el momento, no quiere decir ser frágiles, o frescas, o poco modernas y trabajadoras. Necesitamos parar nosotras como el bebé que llevamos dentro necesita que nosotras paremos.

Paremos para escucharlo, para vincularnos a ellos. Para no sentir dolor de espalda o lo que sea (o mejor dicho, para no sentir tanto), para no sufrir estrés, para no ir arriba y abajo como un ventilador como si tuviéramos 25 años y ningún hijo en la barriga. Lo tenemos, está ahí, y está creciendo dentro de nosotras. Son sólo 9 meses de gestación, y en la mayoría de los casos, es muy poco tiempo de baja antes de parir-lo y reencontrarnos en el abrazo primero.

¿No creéis que vale la pena? ¿No creéis que nos lo merecemos? ¿No creéis que se lo merecen, nuestros bebés? Un tiempo para poder ir más despacio, para dormir por la mañana si es que por la noche hemos tenido insomnio, un tiempo para parar y escuchar. Un tiempo para poder hacer el nido sin prisas. Un tiempo para disfrutar de estar todavía sin un niño o niña corriendo por casa. Para sentirnos todavía «solas» pero estando siempre acompañadas. Nunca más volveremos a estar embarazadas de este hijo. Quizás nunca más volveremos a estar embarazadas. ¿No creéis que es malgastar un tiempo precioso con un sentimiento de culpa que no va a ninguna parte, que no nos aporta nada bueno y que, además, no tiene ningún sentido? ¿Culpa de qué? ¿De permitirnos gestar en paz?

Si eres una mujer, si me estás leyendo, si estás embarazada: quiero decirte y transmitirte profundamente que gestar a tu hijo es un acto sagrado que nadie puede hacer por ti. Que lo que estás haciendo es lo más importante que, seguramente, habrás hecho nunca en la vida. Quiero que sepas que le doy todo el valor pero que esto no sirve de nada si tú misma no se lo das. Da valor a lo que está pasando dentro de ti. Date valor a ti y al bebé que llevas en el vientre. Tienes derecho a vivir el embarazo como sientas y quieras. Volverás a trabajar antes de lo que crees y quizás, quisieras. Nadie es imprescindible y tú tampoco. Pero esto que estás haciendo, eso que haces sin ni darte cuenta, sí es imprescindible que lo hagas tú, de la mejor manera, con la mejor presencia, contacto y vínculo que seas capaz de dar.

Eres merecedora de este embarazo, de este tiempo y de este bebé. Y tu bebé es merecedor de este embarazo, de este tiempo y de ti, que ya eres su MADRE.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

13 respuestas

  1. Hermoso! me cayó de perlas! Acabo de enterarme de un nuevo embarazo y entre mi trabajo y mi pequeña de 2 añitos, este chiquitin estaba pasando desapercibido 🙁 GRACIAS!!

  2. Tienes toda la razón. En el mundo laboral se valora más a una mujer que AGUANTA (porque esa es la palabra) hasta el último día antes de dar a luz currando. Se pone como ejemplo ante las compañeras, y provoca en el resto, cargo de conciencia si no aguantan sentadas en la silla 8 horas sin moverse con una carga de 15 kg en la barriga. A mí me parece una irresponsabilidad. Lo primero es lo primero.

  3. No puedo estar más de acuerdo, coincido en que NO es una enfermedad, pero está claro que el cansancio y los dolores a veces pueden con nosotras. Lo más importante es la vida que llevamos dentro.

  4. Tus palabras son realmente hermosas, y es verdad el hecho de gestar una vida dentro de nosotras es lo mas importante que vamos hacer en toda la vida

  5. Moltes gràcies Míriam.
    Unes paraules molt maques, que com ja saps em prenc al peu de la lletra. Jo no tinc cap sentiment de culpa per estar de baixa, amb l’Ivet tot l’embaràs i ara, amb l’Adrià gairebé tot. És el més important que hi ha.

  6. Gràcies Míriam,
    Tant de bo això arribés a moooooooltes mares! Jo he de parlar amb el «jefe» per posar-hi remei, crec que serà fàcil i no em sentiré gens culpable de demanar la baixa un mes abans de parir, i menys ara, després de llegir-te!
    I dic un mes perquè la feina que tinc és relaxada, però quan vaig estar embarassada del Quim la vaig agafar també als 7 mesos.
    Com bé dius: mai més tornaré a tenir-ho això, i val la pena gaudir-ne!

  7. Para mi el embarazo fueron 9 meses maravillosos, estaba pletorica de emoción, me encantaba sentir a mi bebe dentro y me sentía plena, sentía que era maravilloso poder ser el lugar donde aquel ser se estaba formando. Me cuidé, por mí y sobre todo por el bebé, coincidió con una época en mi vida (estaba terminando el proyecto fin de carrera y haciendo un master 3 tardes a la semana) que me permitió descansar,tomarme las cosas con calma, no madrugar, dar paseos… Y tienes razón cuando dices que las mujeres no son hombres, somos diferentes y hasta que eso no lo aceptemos tanto mujeres como hombres creo que no se va a respetar a la mujer embarazada como se debe… También comentar que no me gusta como tratan a la mujer embarazada ciertos ginecologos, millones de consultas, millones de analasis pruebas y más consultas… creo que muchas veces eso no es necesario y el estar yendo continuamente creo que a ciertas mujeres les crea el complejo de embarazada=»enferma». Un besito

  8. M’ha agradat molt el post! Jo vaig agafar la baixa als 4 mesos i mig i vaig disfruatar molt! Passejant, dormint, menjant, cuidant-me/cuidant-lo…en guardo molt bon record!

  9. No saps Miriam com ajuda tot el que escrius… ens fa sentir acompanyades, enteses, part d’una comunitat de dones que vivim l’embaràs com una experiència màgica i meravellosa… GRÀCIES!!!
    Jo també estic de baixa, i també he tingut molts remordiments, però ara me’n adono que em calia, i no només pel mal d’esquena, sinó per retrobar-me amb mi mateixa i amb la nena que duc a la panxa. Que com bé dius es mereix que li faci cas, que l’escolti, que la cuidi i que li dongui un espai.

    M’encanta llegir-te Miriam!

  10. Trabajo en una piscina como monitora de natación sincronizada, y hacia el cuarto mes de embarazo, cuando se me empezó a notar, una mujer que no conocía de nada me dijo que qué hacía todavía trabajando, que nadie es imprescindible y que nadie me iba a agradecer el que yo estuviese allí, sin embargo mi hija sí me lo agradecería si paraba. En un primer momento pensé que exageraba, pero algo me removió por dentro, y al día siguiente fui a la mutua a pedir la baja, que me dieron hacia la semana 28 y disfruté sin ningún tipo de cargo de conciencia.
    Que post tan bonito y tan necesario, gracias!

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