Esta foto no es postureo. Ese instante era el primero en que tocaban el mar después del confinamiento. Bueno, desde diciembre, para ser exacta. Estuvieron así rato. Siento que desde que terminó ese parón, saboreamos muchísimo más el momento. En casa somos mucho más conscientes de que nada está garantizado y lo valoramos todo más.
Personalmente, siento como si estuviera sentada en una gran mesa con un suculento manjar, disfrutando como nunca cada bocado. Y ahora todos me parecen maravillosos, cosa que antes quizás no. Es como si no quisiera echar otra vez de menos nada, así que por si las moscas, cada cosa que hago, la abrazo por dentro profundamente, para que me dure para siempre. Cuesta de explicar. Pero es algo maravilloso que no sabía que el confinamiento traería a mi vida.
Estas próximas vacaciones serán seguramente las más cortas que haremos, las más inciertas y en las que nos moveremos menos, pero (las cosas que tiene la vida), quizás serán las más valoradas, saboreadas, disfrutadas y agradecidas…Quién sabe
Ojalá resuene
Articulo publicado en Instagram y Facebook el 22 de Julio de 2020