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Hasta el 6 de enero
rabietas

Rabietas: el error que NO puedes cometer

No es fácil lidiar con los enfados de los niños, y os lo digo por experiencia porque he vivido un montón. Quizás por eso, porque me ha tocado lidiar con muchas rabietas de mis hijas, me he dado cuenta de cuál es uno de los mayores errores que cometemos los padres cuando nuestro hijo estalla en rabieta.

NOS ENFADAMOS

Sí, nos enfadamos mucho y demasiado a menudo. Y nos enfadamos con él.

Cuando nuestro hijo empieza con ese llanto ido de madre, cuando patalea indignado porque aquello que quiere no puede ser, muchos adultos no podemos reprimir ese enfado que nos va subiendo y nos contrae el diafragma.

Es normal, en parte: el llanto de nuestro hijo nos activa porque estamos preparados como especie para reaccionar a su llanto. Si no, no habríamos llegado hasta aquí y nos habríamos extinguido hace siglos. Pero no. El llanto nos mueve y actuamos.

Pero delante de una rabieta muchas veces no hace falta actuar ni hacer nada en especial más que acompañar. Y claro, nuestro cuerpo se ve motivado a actuar pero al no poder hacer prácticamente nada para parar esa rabieta (porque el niño lo que quiere es mostrarnos su enfado), y lo que requiere es que atendamos esa emoción y poco más, nos sentimos frustrados y nos enfadamos.

Y esto es justamente lo que empeora esa rabieta y lo que hace que, a la rabia del niño se le sumen, después, otras emociones como miedo (si gritamos o le tratamos mal), tristeza (lo que siente no se va sino que empeora), soledad (si siente que no le entendemos), o culpa (si ve que nos ponemos peor que él).

Tenemos entonces un pack peor del que teníamos cuando el niño sólo sentía enfado. Ahora, además, está triste, con miedo, se siente solo y culpable.

Imagina que te acabas de enfadar porque tu pareja ha hecho algo que no te ha gustado, como por ejemplo algo que te ha hecho sentir que no te tenía en cuenta.

Quizás para tu pareja no ha sido así, pero tu te has sentido de esa manera y no has podido evitar el enfado. Le dices cómo te sientes, que estás muy enfadada/o con tal cosa y tu pareja, a medida que vas hablando y/o llorando, se va enfadando cada vez más.

Al final, no sólo está más endadada/o que tú sino que además te ha gritado, con lo cual te has asustado, te ha hecho sentir pequeña/o, sola/o y culpable, porque dice que con lo bueno que había sido su día, se lo acabas de estropear.

No era eso lo que necesitabas, por supuesto. Necesitabas poderte expresar, que esa persona supiera lo que sentías y sentir que te escuchaba, aunque no estuviera de acuerdo. Sacar, para poder volver a estar bien con esa persona, nada más.

POR QUÉ NOS ENFADAMOS

A MENUDO NO LES ENTENDEMOS

Porque a menudo no entendemos su mundo. No comprendemos por qué para nuestro hijo es tan importante comerse una galleta que no esté partida. O por qué le ha molestado tanto que le quitaras tú los pantalones, o por qué no puede esperar a que tu pongas la sartén en el fuego un momento.

No entendemos cómo funciona su mundo, su cerebro y de alguna forma, creemos que es como nosotros pero en pequeñín y no, no tiene nada que ver.

NOS FALTA TIEMPO

Nos enfadamos también porque no tenemos tiempo de gestionar marrones, de gestionar esos pollos que aparecen cuando menos los deseas. Justo cuando tenéis que salir para el cole, justo cuando tienes el tiempo justo para llegar al trabajo…

Tenemos poco tiempo y lo priorizamos mal. Vamos con prisas (ya os lo dije el otro día que “prisa mata, amigo” – si no lo has leído lee este post) y con el cohete en el culo no estamos para gestionar emociones. Y si algo necesitan nuestros hijos es tiempo y calma. Y a veces no podemos ofrecerles ni una cosa ni la otra.

TEMEMOS SER JUZGADOS

En esas rabietas que estallan en la cola del supermercado, en esa cena familiar, en esa consulta del pediatra con otros 10 padres y niños esperando ser atendidos… Allí tu hijo se expresa sin reparos y empieza a rabiar y a chillar como si no hubiera un mañana.

Y con tanta gente alrededor te olvidas de respirar, de tener distancia y temes que los que tienes al lado crean que tu hijo te toma el pelo y que no le educas bien.

NOS LO TOMAMOS COMO ALGO PERSONAL

Nos pasa de todo por la cabeza: que si nos debe de estar tomando el pelo, que si lo que pasa es que quizás no nos quiere como creíamos, que si algo debemos de estar haciendo mal, que si quizás deberíamos de hacer algo que ni sabemos lo que es…

Y mientras pensamos esas cosas nos sentimos ofendidos, y nuestro niño interior, que en otras ocasiones ya se ha sentido así, reacciona con enfado, como si dijera: “¡No me lo esperaba de ti!”.

NO es nada personal. Está enfadado. Punto. Es un niño y por lo tanto, es todo emoción, no hay filtros y expresa lo que siente a chorro. Nada más.

Te quiere, te quiere mucho, a pesar de que es ese momento, con la escenificación de su enfado, parezca que no. 


LO QUE DICE LA EXPERIENCIA

La experiencia vivida con mogollón de rabietas me dice que si me enfado, la cosa empeora.

Porque no soy capaz de gestionarlo bien, porque no veo la situación con distancia, porque la mente me traiciona y no me deja ser asertiva…

Cuanto mejor estemos, mejor gestionamos. Con lo cual, una cosa está clara: no podemos enfadarnos como acaban de hacer nuestros hijos.

Ellos lo hacen porque no entienden la mayoría de las cosas que les pasan, porque no saben gestionar sus emociones, porque no tienen otra manera de hacerlo y necesitan sacar esa emoción hacia afuera.

Eso es bueno

Permitámoslo desde la calma y la serenidad. No podemos enfadarnos ni hacerlo más que ellos.

Somos los adultos: no podemos enfadarnos como si fuéramos otro niño más. No lo somos, ese tiempo ya pasó.

Sí, claro que estamos en nuestro derecho de sucumbir al enfado y de tirar la toalla, a veces pero… ¿de qué sirve en esta situación? De nada, al contrario. Lo empeora todo. Y en todo caso… podríamos sentirnos molestos con la situación, con el agobio,… pero ¿enfadarnos con él? y es a menudo lo que hacemos. Enfadarnos y mucho, con nuestros hijos como si lo hicieran a propósito para ponernos las cosas más difíciles. 

RESUMIENDO

No deberíamos enfadarnos cuando estallan en rabieta. Procuremos escuchar sin que su emoción se nos contagie y acabemos los dos llenos de ira. No. Pongamos cierta distancia y utilicemos la razón para que nos recuerde:

“Tú eres el adulto/a, no puedes enfadarte ahora. Escucha su emoción. Atiéndelo. Te necesita. No dejes que su emoción se te lleve, no es nada personal. Te quiere pero es pequeño y no sabe gestionar lo que siente. Poco a poco. Ayúdale a salir de aquí y seguid con el día”.

No es fácil, lo sé, créeme… pero poco a poco, empatizando y procurando poner un poco de perspectiva, se puede. 😉

Si quieres que te ayude con todo esto, apúntate al curso intensivo online «Rabietas y gestión de la ira» que daré en febrero durante 5 semanas. Tienes toda la info y cómo apuntarte aquí.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

15 respuestas

  1. Me encanta, pero debemos seguirle la corriente? Es decir, si pide que le des una galleta entera, en vez de una partida, o quitarse los pantalones él, cuando ya de los has quitado, o ir a jugar a la pelota cuando faltan 5 minutos para ir a la cama a dormir…debemos ceder? O simplemente cogerle en brazos y aguantar del tiron el llanto? Me siento muy impotente cuando ocurre y no se reaccionar «bien»…me siento fatal haga lo que haga. Si le permito que haga lo que me pide en ese momento, me da la sensacion que siempre le doy lo que quiere y le estoy malcriando, y si de lo contrario, «paso del tema» y le dejo llorar, me siento mal por no hacerle caso…tiene 3 años recien cumplidos. Gracias!!

    1. Hola,
      Te voy a dar mi opinión, que no quiere decir que sea ni correcta ni incorrecta… Te contesto, pero tu vas a tener que hacer lo que puedas/sientas/quieras a cada momento. Yo creo que darle una galleta no partida es posible y no cuesta nada. Que se quite los pantalones solo también. Que juegue antes de ir a la cama, también y si no queremos que juegue a pelota, le proponemos una alternativa. Discute por lo que realmente sea impepinable y valga la pena. Por lo demás, sé flexible. Esto no quiere decir ni que te vaya a tomar el pelo ni que seas una blanda. Viste este video? https://www.miriamtirado.com/es/2016/07/12/poder-y-si-nos-toman-el-pelo/
      Aquí lo explico más detalladamente. Un abrazo.

  2. Gràcies Míriam,
    Les teves paraules ajuden a veure-ho tot més clar, a tenir més recursos.
    El que ens trobem ara és que les enrabiades (falta 1 mes per fer els 3 anys) acaben per anar al rebost a llençar el menjar a terra o tirar-li una espenta al germà petit fins que cau a terra! Això sí que em treu de polleguera. No suporto tanta violència. En aquests moments l’he de frenar físicament, per evitar que es faci o faci més mal. I lògicament s’enfada encara més. Llavors normalment acabem a la dutxa i l’aigua s’emporta el mal humor. Això va acompanyat d’una reflexió. És un recurs que ens serveix, perquè aquestes «enrabiades màximes» normalment són a casa. Però no sé si realment això li està servint com a eina. Jo quan m’enfado o m’ofusco me’n vaig a dutxar i per això ho faig amb ell també… no sé què n’opines tu.
    Moltes gràcies per tot. Tu sí que ens acompanyes!

    1. Hola, jo crec que abans hi ha altres coses que podeu fer: l’anticipació és vital. Observar quan ho fa, què passa abans, per estar molt alerta en aquestes ocasions. Potser és perquè està massa cansat, o té gana, o el que sigui. Veure quina necessitat bàsica hi ha sota aquella reacció. És petit i reacciona així perquè no ho sap fer d’una altra manera: explicar-li, amb paciència i empatia i acompanyar aquests rampells de ràbia procurant-li un entorn segur, parlant poc i donant-li alternatives (alguna cosa que sí pugui tirar a terra, un coixí on sí pugui picar, etc). Poc a poc…

  3. Intentem posar en practicoa tot aixo que dius…. pero no podem mes, es una rsbieta tras un altre rabieta, mati tarda i nit, plora i mes plora, començem a pensar que aixo no es normal. Realment en el teu vidio la claves exactament com son, «quiero agua, pues ya no la quiero, dame el chupete y lo tira al suelo porque ya no lo quiere»
    De veritat estem desbordat, nose si necessitem ajuda nosaltres o el nen…
    Gracies per tot

    1. A cada comarca existeixen els Cdiap, Centres de Desenvolupament infantil i Atenció Precoç, que són un servei públic, universal i gratuït per infants de 0 a 6 anys, prioritzant la franja 0-3 anys. Les famílies podeu demanar atenció sense ser precís que us hi derivi un altre servei.

  4. Un post genial Miriam, ayudas a recordar y verlo todo mas claro. A saber como actuar. Yo a veces lo consigo y aplico lo que dices. Y alguna vez que he perdido los papeles y me he enfadado luego me siento muy muy mal….muchas veces acabo yo llorando porque siento que he fallado como adulta. Ocurre pocas veces que pierda la paciencia, mi marido dice que me exijo demasiado. Pero me invade demasiado el sentimiento de culpa. Gracias por todo!

    1. Es muy difícil estar SIEMPRE asertivo, centrado, etc. No te machaques… a mi me gusta más hablar de responsabilidad y no de culpa. La responsabilidad ayuda a darse cuenta de los fallos y mejorar, la culpa sólo machaca. Un abrazo!

  5. El caso es que al enfadarse me llama tonta,.mamá tonta,…entonces yo realmente por su enfado mantengo la calma, pero sí que le.digo que no me.llame tonta,que no me gusta, todo bastante serena.pero él sigue insultando… No sé cómo actuar.sinceramente… Casi 5 años tiene

    1. Aix… molestan estas cosas, eh? Pero aunque tenga 5 años no sabe todavía canalizar de una forma asertiva la rabia que siente. Creo que haces bien en decirle que no te diga estas cosas pero ayúdale a canalizar de otra manera su enfado: podéis buscar otra manera de expresarse, dale herramientas, como por ejemplo, la respiración, etc. y mucha paciencia. Suerte!

  6. Gracias, totalmente de acuerdo. Solo un pequeño detalle, como madre de una niña me choca bastante el tratamiento masculino constante. Las reglas de la gramática las conozco, antes de que ninguna respuesta vaya por ahí. Pero la realidad es que también tenemos HIJAS. Por lo demás, totalmente de acuerdo, me cuesta mucho controlar las propias emociones cuando mi hija se desborda pero ese es el camino.

  7. Muchas gracias por este post. Realmente lo necesito ahora mismo… La duda que me surge es cuando los niños son demasiado pequeños… Mi hijo tiene 18 meses y tiene un carácter que… agárrate los machos amigo… Estamos en fase de rabietas constantes, y cuando digo constantes son una detrás de otra. Intento estar calmada y explicarle las cosas, pero es que aun es demasiado pequeño para entender lo que le digo y yo ya no sé que más hacer, porque es una rabieta detrás de otra y ya me encuentro en una situación en la que lo he intentado todo (darle lo que quiere, no dárselo, distraerlo, darle alternativas, dejarlo que se desahogue, abrazarlo y calmarlo, hacerle el indio, darle comida, sacarlo a la calle, bailar la macarena, cantarle canciones, distraerlo con la tele, con juguetes, con cuentos, con los perritos de la calle, y un largo etcétera) y absolutamente nada me funciona, he llegado a un punto en el que sencillamente me encuentro derrotada.

  8. Gracias por tu Post Míriam!!! he tenido uno de tus libros en mis manos (Tinc un Volca); me lo ha dejado una vecina luego que mi hijo ha tenido una rabieta porque la hija de mi vecina no queria jugar como el «dice» que se juega… Ya me ha pasado más de una vez y el cree que todas las cosas se hacen a su manera, y por más que trates de explicarle que hay otras maneras, mientras más le hablas y tratas de explicar, más se enfada y ha acabado golpeándome diciendo que asi no se juega!! entra en un bucle del que no sabe salir ni yo sacarlo!!! porque no escucha nada más a su alrededor; hay veces que me da la sensación que el mismo quiere salir y no sabe como esta en ese bucle… Generalmente sus rabietas es porque no se hace lo que el dice o quiere…. 🙁

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