2.10.2013
Normalmente, cuando pienso en las sombras es de noche, porque seguro que ya lo sabéis, de noche las sombras (aunque no lo parezca), son más grandes. Estoy en pleno embarazo y puedo decir que hasta ahora me han visitado poco o nada, pero no soy ingenua y sé qué implica un puerperio vivido a conciencia, cuando te abandonas a lo que es y al aprendizaje enorme que te puede aportar esta etapa. Entonces las sombras pueden ser grandes, y venir a verte cuando menos lo esperas o cuando más vulnerable te sientes. Y cuando pienso en ellas, en las sombras que quizá algún día vendrán, me entra una punzada en el corazón e intento coger aire.
Así de entrada, ilusión, ilusión no me hace. Siento cierta pereza de volver a entrar en rincones que tenía o creía ya superados. Porque a menudo lo que creemos que ya nunca más volverá porque es agua pasada, en pleno puerperio lo hace todavía con más fuerza. Y lo sé. Sé que las noches de teta a demanda, y el insomnio que a mí me conllevan a veces, me acercan a las sombras. Sé que esos días de cansancio infinito después de horas y horas de haber criado no a uno, sino a dos hijos, pueden ser oscuros como la negra noche y sí, confieso que a veces, me asustan.
Porque ahora es todo tan apacible, tan fácil… Y miro atrás y recuerdo algunas noches duras de sueño inagotable y de teta infinita, de demanda constante de un bebé o niño pequeño que te quiere sentir al lado o prácticamente fundidos el uno en el otro. Y a veces la fusión cuesta porque las necesidades de tu hijo son tantas y las tuyas han quedado tan arrinconadas, que casi ya no distingues donde empiezas tú y dónde acaba tu bebé. Porque ser uno con él es lo más maravilloso del mundo, sin duda, y a la vez, lo más entregado y lo que conlleva una removida mayor dentro del alma. Y en esta removida de aguas, afloran también todas las sombras.
Pero cuando me entra el canguelo hago como siempre: respiro hondo e intento tomar distancia. Con la experiencia y el tiempo de formación en estos temas, si algo he aprendido es que las sombras son extremadamente útiles. No vienen sino a ayudarnos: a hacernos más conscientes, más presentes.
Vienen a ayudarnos a podernos entregar sin condiciones y sin límites, para que podamos experimentar el verdadero significado de la palabra AMOR. Para que sepamos qué es amar como todas las personas de este mundo se merecerían haber sido amadas.
Las sombras vienen a encontrarnos para hacernos aprender y al mismo tiempo, para hacernos mejores. Para hacernos mejores madres/padres, para poder romper esquemas y cadenas, para poder dejar de reproducir el patrón establecido y conectar con lo auténticamente natural y real.
Y otra cosa buena: las sombras me ayudarán a escribir y a entender mejor a todas las personas que se dirigen a mí buscando ayuda. Me ayudarán a pasear por los rincones más oscuros de mi alma y les llevarán, después, LUZ. Luz que me ayudará a criar mejor a Laia, luz que me ayudará a ser mejor madre del hijo/a que gesto, y luz que me ayudará a ser mejor compañera, amiga, amante de quien elegí para hacer este camino juntos, su padre. Sé que me hará también mejor hija, y mejor nieta. Mejor hermana, mejor amiga, y conocida y vecina.
Seré mejor gracias a las sombras y por todo ello, les daré la bienvenida cuando lleguen.
PD : Recordádmelo cuando olvide que he escrito este post y lo vea todo negro! 😉
3 respuestas
M’ha anat com anell al dit llegir aquest post ara que m’acabo d’aixecar del llit i precisament he tingut una nit d’insomni i acompanyada d’aquestes ombres de les que parles! Gràcies per fer que hi trobi la part positiva ja que ha sigut dur tornar a compartir el llit amb les pors i les preocupacions que vaig tenir durant l’embaràs…Ha sortit el sol!!!
Hola guapa… Sí, de nit surten tots els fantasmes! I les ombres, a les fosques, són molt més grosses! Celebro que t’hagi anat bé. Anar-hi posant llum, comprensió i molt amor ens ajudarà a fer-les servir de revulsiu i no com a obstacle.
Una abraçada ben forta
Hola! Me encanta tu blog. Gracias por el humor y el amor con el que escribes y describes situaciones en las que aprendo y me veo.
Gran tema el de las sombras, si. Y si, bienvenidas sean por que ahí dentro hay luz y llegar ahí me ha hecho crecer infinitamente.
Aún sigo descubriendome y por supuesto que no parará… Da miedo y emoción.
Gracias Miriam.