La semana pasada me di cuenta que me estaba saturando. Empecé a notar el cansancio de 8 meses de crianza intensiva de dos niñas pequeñas, de «centrifugadora», de puerperio… Me sentí un poco desbordada con las «cosas que hacer» que se acumulan, con la sensación de ir demasiado deprisa con todo.
Y no me gustó. Por eso quise hacer algo y decidí que el domingo me tocaba nutrirme, llenarme, cargarme de energía para poder seguir.
NUTRIR El INTELECTO: es lo primero que hice. Apuntarme a un curso en Barcelona de primeros auxilios para bebés y niños pequeños con la pediatra Hortensia Vallverdú a quien tenía muchas ganas de conocer en persona.
Leer, aprender, dedicar un espacio de tiempo, a saber cosas nuevas, a nutrir esta parte de sed que tengo de aprender todo lo que sea posible de bebés y niños pequeños y cómo acompañarlos en su crecimiento. Aprender en compañía (claro) de Lua. Es tan fácil hacerlo todo con ella!
NUTRIR MI PARTE SOCIAL: Hablar con gente, conocer gente, compartir. Era otro de los objetivos para nutrirme y llenarme, y si te apuntas a un curso satisfaces esta parte aunque no quieras. Y la vida es generosa y sabe darte lo que necesitas a cada momento, así que después del curso, entré al azar a un lugar para comer algo. Pregunto a la dependienta si tienen tronas y cuando se gira para responderme, resulta que era una chica a la que hacía años que no veía y a quien aprecio muchísimo! Sentimos tanta ilusión! Abrazos, risas, ponernos al día… Un gusto, una alegría de las buenas!
NUTRIR MI NECESIDAD DE ESTAR «CONMIGO»: Cuando tienes 2 hijas y estás presente en su crianza, cuesta mucho encontrar momentos para estar sola, sola del todo. A mí, al menos me cuesta encontrarlos. Pero ayer, estuve dos horas caminando por Barcelona con Lua que dormía en el cochecito y en la mochila y me nutrí de esto: de estar en silencio, de no decir nada, de observar a la gente, de distraerme con los escaparates, de saborear la Barcelona de un domingo de diciembre. Caminar mientras no pensaba nada a ratos o mientras me venían posts en la cabeza, ideas, proyectos. Nutriendo mi necesidad de mí.
Y todo ello llegó justo ahora, justo antes de Navidad, de que Laia empiece vacaciones, de que tengamos infinidad de comidas familiares… Hace años no me daba cuenta de cuando me estaba saturando e iba haciendo hasta que explotaba o enfermaba Celebro, esta vez, haberlo visto y haberme tomado el tiempo para reubicarme. Hoy me siento mucho mejor. Nutrida. Llena. Feliz.
Y como cada año por Navidad, estaré estos 15 días hasta después de Reyes sin escribir. Bueno, sin publicar. Seguiré escribiendo, preparando nuevos temas para explicaros de cara al año que viene. Tengo ganas de hablaros de los celos, de la nueva vida de 4, de cosas que están cambiando, de cosas que debemos afrontar… Pero ahora voy a parar para centrarme en mi familia, en compartir estos días de Navidad con el máximo de presencia posible.
Os deseo a todos unas felices fiestas. Son unos días removidos, a veces, y espero que todos juntos (yo y vosotros) los podamos afrontar de la mejor manera posible. A mí me gusta la Navidad y tengo intención de disfrutarla a tope!
Un abrazo a todos y nos leemos en enero. En la página de Facebook de A flor de piel seguro que publicaré algo estos días, ya sabéis; información que encuentro interesante compartir.
Feliz Navidad a todos!
PD: La foto es del la puesta de sol que me regaló Barcelona este domingo! Y me nutrir de Belleza!
2 respuestas
Bon Nadal i a gaudir en família! 🙂
Gràcies Mo! Igualment!!!
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