Yo no se en vuestra casa, pero nosotros llevamos unos días con una emoción que tumba de espaldas! Desde que comenzó en el mes de junio que se olía el final de curso en el estado emocional de nuestra hija mayor. Hay como unos nervios, … el sol, el calor, los días más largos, más las cosas «especiales» en el cole por el final de curso… Todo, hace un cóctel molotov de excitación máxima que provoca que estos días acostarse sea aún más difícil de lo habitual!
«Quiero que sea mañana», dice a menudo justo antes de dormir porque resulta que al día siguiente hacen no sé qué especial y se muere de ganas de vivirlo. Y así un día y otro de este mes de junio. Porque en el mes de junio resulta que pasan muchas cosas: estamos más en la calle, se acaba la escuela, comienza la temporada de piscina, de playa, llega San Juan y los petardos, y las bengalas… comienzan las vacaciones y el descanso… Se rompe la rutina mucho antes de que acabe el curso y todo ello obliga a gestionar mucha excitación y nerviosismo.
Y yo en medio de este nervio de la mayor que, a su vez, contagia su nervio a la pequeña, y a ratos acabamos todas con ese nervio y no sabemos casi ni por qué!
O sea que me toca respirar hondo unas cuantas veces... y explicarle una y otra vez que todo llega, que no hay que correr, y que lo saboree, que todo pasa muy rápido y que si, encima tenemos prisa, nos pasa como un suspiro.
Y yo intento que su nervio no se mezcle con el mío, porque yo también noto las horas de luz, y la emoción por mis proyectos, y el calor… y estoy como Laia, pero con mis cosas…! O sea que cuando me noto explotar me voy a correr, y me es imprescindible meditar muy temprano por la mañana, cuando apenas el día despunta. Esto me centra y me ayuda a no perderme en el nerviosismo del mes de junio, que (junto con septiembre y Navidad), cero que es uno de los meses más emocionantes de todo el año.
Por suerte, sólo quedan 2 días!
Y en casa? Como lo vivís? Como gestionáis su nerviosismo? Y el vuestro?