¿Has tenido alguna vez miedo de pegar a tu hijo? ¿Has notado alguna vez que si dabas rienda suelta a tu impulso, darías una bofetada a tu hija?
¿Te ha dado miedo la agresividad que notabas en tu cuerpo? ¿Has sentido tu rabia fuerte dentro y te ha asustado que tomara las riendas e hicieras lo que no quieres hacer?
Criar y educar no es fácil a veces y llegamos al límite en muchas ocasiones por cansancio, estrés, o circunstancias varias. Sentir esas sensaciones es más habitual de lo que creemos y lo importante es DARNOS CUENTA y tener el autocontrol suficiente para poder coger el volante conscientemente y pisar el freno. Decir NO a soltar esa ira hacia nuestros hijos (o hacia nuestra pareja), y aunque esté esa rabia dentro, conseguir respirarla y canalizarla, surfearla y transitarla de una forma asertiva.
Poder tener como una luz que se enciende en esos momentos críticos y que te recuerde “no hagas nada de lo que después te vayas a arrepentir”.
Porque sino, luego, todo lo que viene es mucho peor. El dolor. La culpa. La desconexión. El miedo. La tristeza…
Aprender de dónde viene nuestra rabia, cuál es el verdadero origen y mirarla a la cara sin miedo, nos ayudará a que no se desboque. Pero también, aprender a autoregularnos. A escucharnos. Aprender a comprenderles. Aprender a conectar.
Ojalá os ayude