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Otra opción

Madres de alquiler

31.5.2011

El tema de los vientres de alquiler o de las madres de alquiler no es un tema fácil. No es un tema de blanco o negro, sino de una infinidad de grises. Hacía muchos días que tenía ganas de hablar de ello, pero quería pensarlo mucho antes de ponerme delante del ordenador. De un tiempo a esta parte, este tema nos lo encontramos a menudo en los medios de comunicación porque aquel famoso o aquel otro, vuelve normalmente de Estados Unidos con unos gemelos (también normalmente son 2) nacidos de un vientre de alquiler. Podría decir muchos, los primeros que me vienen a la mente son la Baronesa Thyssen y el último, el cantante Miguel Bosé. Gente normalmente de «cierta» edad (acostumbran a no tener nunca menos de 45 años) y con dinero. Quizá por eso, el tema de las madres de alquiler a menudo se vanalitza y se trata de manera superficial en periódicos y revistas.

No hace mucho, vi un reportaje por televisión donde se hablaba de las madres de alquiler en la India, otro de los países, junto con los Estados Unidos, donde hay más casos de esta nueva manera de crear una familia. En ese reportaje era escalofriante ver cómo se aprovechaba la miseria, la pobreza extrema de aquellas mujeres, para que gestaran hijos que serían de otros. Me costó terminarlo de ver. Me rompía el alma ver la gestación de aquellos bebés. Lo más horroroso no era sólo el mercantilismo a que se veía sometido el nacimiento de aquel hijo, aprovechando una situación de pobreza de una mujer que, en caso de no estar en la miseria, probablemente no lo haría. Lo más horroroso de todo era verla, (sometida a cesárea para asegurarse de que el bebé «salía sano»), llorando, notando su dolor infinito, teniendo que entregar a esa criatura. Era, sin duda, lo más impactante.

Si sólo hubiera estos casos de la India y todos fueran así, sería muy fácil juzgarlo y estar totalmente en contra, prohibirlo, llevarlo a los tribunales, y tema cerrado. Pero tampoco es tan fácil, porque entonces lees más sobre el tema y te das cuenta que muchos de los que optan por las madres de alquiler son parejas gays que llegan a Estados Unidos porque tienen las puertas de la adopción prácticamente cerradas en todo el mundo. Parejas de hombres que se aman, que quieren tener hijos, y que buscan la manera de conseguirlo y cumplir su sueño, su deseo sincero y genuino de tener descendencia. Me pongo en su piel y los entiendo. Yo también quería ser madre, yo también quería tener hijos y a mí me fue mucho más fácil. No sé qué habría hecho si no hubiera podido tenerlos pero mucho me temo que no hubiera parado hasta cumplir también mi deseo. En esta cuestión, pues, los entiendo.

Pongámonos ahora en el lugar de las madres de alquiler. Me cuesta y no me puedo imaginar haciendo lo mismo (excluyendo, aquí, los casos de miseria absoluta). No podría, eso os lo puedo asegurar. Porque me sería imposible no vincularme a ese hijo que habría gestado en mi vientre, a quien habría sentido, a quien habría amado desde el primer día. Os puedo garantizar que no habría podido separarme después de parirlo. Ni después ni más adelante. No podría separarme de un bebé que hubiera gestado aunque el esperma no fuera de mi marido y el óvulo no fuera mío. Censuro totalmente esta práctica si es que la hace una mujer presionada por la miseria, por la pobreza, por la ignorancia y la incultura. Censuro, evidentemente, los que se aprovechan de una mujer sin recursos para que geste a «nuestro» hijo. Es lo que pienso. Pero hay muchos casos en que las madres son perfectamente conscientes de lo que hacen, son mujeres con dinero, con estudios, con familia y quieren hacerlo. Esto es lo que dicen y me las creo. Me cuesta ponerme en su lugar pero me las creo. Entonces, ¿qué puedo decir, yo? ¿Quién soy yo para juzgarlas a ellas y a los hombres ansiosos de tener un hijo?

Y por último, pongámonos en el lugar del bebé de dentro del útero, el bebé que se está gestando. Quizá esta parte es la que echo de menos en los reportajes, en los artículos de diarios, revistas… porque se presupone, siempre, que el bebé no siente. Que el bebé no es nadie hasta que ya está en los brazos de sus nuevos padres, y esto NO es así. El bebé siente y el bebé se vincula, si le dejan. El bebé tiene ansia de sentirse querido por aquella que lo lleva en la barriga y pondría la mano en el fuego, que no debe entender nada y debe de sufrir un montón cuando lo separan de quien para él, es SU madre. ¿Qué le explicas de subrogaciones, de contratos, de imposibilidad de adoptar por parte de parejas homosexuales?. ¿Como le explicas que aquella mujer que lo llevaba en la barriga, era de alquiler? ¿Qué quiere decir «alquiler»? Y lo peor: me rompe el corazón pensar que aquel bebé habrá vivido una gestación sin vínculo.

Sin duda, es un tema complicadísimo con infinidad de puntos de vista pero casi nunca se tiene en cuenta al que gestan. Y yo quiero tenerlo en cuenta. Lo deberíamos tener en cuenta. Aquel bebé que probablemente no habrá sentido el vínculo de quien la ha llevado en el vientre, que lo habrán separado nada más nacer y que más adelante, tendrá unas necesidades (como todos los bebés) que deberemos saber satisfacer. Si han sido resultado del capricho de tener una «COSA» nueva, la que nos «falta», sin duda que sus deseos no serán satisfechos, porque nos veremos desbordados por un bebé que reclama y que es mucho menos divertido de lo que pensábamos . Y si encima tenemos 55 años, veremos que esto de criar a los hijos a esa edad es muuuuy cansado y es muy probable que quien los acabe criando sea una canguro y por lo tanto, volverá a echar de menos el VÍNCULO (por segunda vez).

Seguro que de este tema, podríamos estar debatiendo horas. De momento, dejo estas reflexiones al aire. Quizá dentro de un tiempo, retomo el tema.

(Si queréis leer testimonios sobre estos casos, hay un artículo interesante de El País aquí.)

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

4 respuestas

  1. Però si ja saps que vivim en una societat bastant ignorant en el tema del vincle, molta gent creu que els bebes no senten, la típica frase,» però si no s’entera», jo l’he sentida moltes vegades, com vols que els tinguin en compte??
    Però si jo he vist davant dels meus nassos com una dona venia el seu bebe de mesos per 600 € al mig del carrer!! Evidentment vaig fer el què havia de fer, però no m’ho podia creure!!! Ah! El jutge li va tornar al dia següent, encara més increíble, és la societat que tenim!!!

  2. Hace unas semanas escribí mi opinión en este post: https://reeducandoamama.blogspot.com/2011/04/sobre-el-derecho-ser-padres.html

    En resumen opino que como los derechos del bebé deben de primar sobre todos los demás, no podemos ignorar que estamos concibiendo un bebé que sufrirá irremediablemente la «herida primal» fruto de la separación de su madre de nacimiento y por lo tanto esta práctica no es aceptable. A mí me parece de una crueldad terrible y no puedo entender de ninguna manera como una mujer que no está presionada por la miseria más absoluta se ofrece a algo así.

  3. Es un tema muy complicado, de primeras no se porque me produce rechazo hacia los padres «comprantes», supongo que depende de cada caso pero me duele ver que en cierto modo se aprovechan de la miseria de las madres de alquiler; aunque ya digo que no será así en todos los casos pero no puedo evitarlo… Un besazo

  4. Entiendo perfectamente tu postura sobre la «desvinculación» del bebé con su madre (la que lo pare), pero a parte de esto ¿cuántas mujeres son madres por «obligación»? o simplemente ¿sin haberlo pensado antes? quiero decir: mujeres que se quedan embarazadas sin quererlo o sin haberlo planificado. Esas mujeres antes de que existiera el aborto no tenían otro remedio que apechugar y tener a su hijo; algunas de ellas por no tener medios económicos para mantenerlo después otras por otras razones, en algún caso abandonan o matan a sus bebés recién nacidos.
    Me parece una aberración que haya tantos y tantos niños en el mundo sin padres y tantas y tantas familias esperando para adoptarlos… todo el tiempo que lleva el papeleo, visitas al país de origen del bebé o del niño (ya que a veces lo dan con bastante edad), imposibilidad para adoptarlo si eres solter@ o tu pareja es de tu mismo sexo…
    Todo esto se debería regular de otra manera, ya que es injusto que si la naturaleza te ha prohibido ese don de ser madre o padre, la justicia, el gobierno o la burocracia te pongan trabas para conseguirlo.
    Por supuesto, estoy en contra de una madre de alquiler que lo hace solo movida por el dinero y también en contra de los futuros padres que se aprovechan de estas situaciones de desesperación…
    Para mí esta manera de tener hijos solo sería válida si ambas partes estuvieran de acuerdo y se respetaran, una madre de alquiler no sería otra cosa que una mujer que ayuda a otra mujer que estuviera imposibilitada genéticamente para ser madre…porque pienso que una madre (y un padre por extensión)no es sólo la que lleva 9 meses en su vientre al feto y pare al bebé, es también la que lo cría, la que lo educa y lo quiere durante toda su vida…y esto no lo hacen todas las madres biológicas.
    Es muy difícil encontrar un término medio para esto, todo depende de la moral de cada uno.
    Solo digo que piensen en las parejas, en los hombres y mujeres que quieren tener un hijo «suyo» y que por razones médicas no pueden… me da mucha rabia como la gente con dinero consigue hacerlo y quedar impune. Y como la gente sin tanto dinero no puede ver cumplidos una de las funciones principales del ser humano: la reproducción…

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