Los niños pequeños (2- 4 años) se comunican mucho desde el cuerpo. Por eso pegan, muerden o tiran cosas cuando sienten emociones fuertes. Hay cero autocontrol, poco desarrollo del lenguaje, y mucha inmadurez y mucha necesidad de expresar la emoción. Tenemos el coctel servido. Por eso, es absurdo enfadarnos con ellos.
Lo que necesitan es que nosotros pongamos el control donde ellos no lo tienen. Límites claros y conscientes, con respeto y amor. Tenemos que sostenerles en su malestar parando el comportamiento inadecuado. Aunque a veces nos remueva, nosotros sí que tenemos que tener autocontrol y conseguir ser ejemplo de lo que queremos que ellos aprendan.
Te ayudará pensar que es una etapa y que pasará, y que el tiempo os va a favor. A más edad, más madurez y más autocontrol. Ayúdale a respirar, dale alternativas para canalizar su rabia y pasada la tormenta, valida sus emociones y educa. Educar tiene mucho de repetir mucho de repetir infinitas veces lo importante. No creas que a un niño no se le debrerían repetir las cosas. Es falso. Justo porque es peque, hay que repetirlo tanto.
Educa con paciencia, constancia y consistencia. Confía en tu tarea y confía en tu hijo.