Las madres necesitamos parar. Es algo de lo que me di cuenta en mi primera maternidad pero que me costó integrar de verdad. En esta segunda lo tengo mucho más claro y lo practico: paro cuando la mente, el cuerpo o el espíritu me piden un poco de calma y reflexión.
Pero hace meses echaba de menos algo.
Tengo tribu, tengo esa suerte. Desde hace 7 años compartimos tiempo, confidencias y risas 8 madres que nos conocimos en el grupo de preparación al parto que impartía mi madre, Àngels Torras. Bendito el día que las conocí.
Desde ese momento empezó a gestarse una preciosa amistad que todavía dura y que cultivamos gracias a nuestras quedadas (si podemos una vez por semana) y con un gran chat en whatsup que a días saca humo! 🙂
Pero hace meses echaba de menos algo.
Porque quedar cada semana con los niños a veces es un estrés. Uno llora por aquí, otro cae por allá, otros te necesitan allí… y así. Total, que hablar, lo que se dice hablar, hablamos poco. Estamos con los niños y por lo tanto, a veces estar con ellos, atenderles en su gestión de emociones, en sus caídas y necesidades hace que tu espacio de adulta con amigas quede relegado. Volvemos a casa felices de haber hecho tribu y llenas pero…
… me di cuenta que las echaba de menos. Esas conversaciones de cuando eran peques y dormían a la teta y podíamos hablar y reír sin prisas ni sin tener que apagar mil fuegos.
No suelo callarme las cosas y les mandé un mail. Algo así como «Quiero hacer una quedada el 21 de junio, en motivo del solsticio de verano. Una quedada en femenino, para hablar, para escuchar desde el corazón sin prisas, para reír y pasarlo bien mientras nos llenamos de energía». Tenía que ser ese día y no otro. Por la fuerza, por el fuego, por todo.
Recibí un ¡Sí, me apunto! al unísono y sin peros.
Faltaban como 4 meses y junto a Dinma, una mamá del grupo, decidimos organizarlo. Todo sería sorpresa. Creamos otro chat llamado «Noche de brujas» y les íbamos pasando semanalmente textos que nos gustaban para ir entrando en lo que queríamos que fuera esa noche.
Y llegó.
Yo llevaba 3 años sin salir a cenar sin hijos. Llevaba 3 años sin salir a cenar con amigas; la última cena fue con ellas en el reservado de un restaurante y reímos sin parar.
Y llegó y fue genial.
Habíamos preparado un montón de cosas para esa noche. Cada una llevaba un plato cocinado en casa; estaba todo exquisito. Y hablamos.
Era lo que necesitaba. Volverme a encontrar en ese lugar íntimo con amigas pero con tiempo, sin toque de queda, sin interrupciones, sin niños que lloran a los que tener que atender.
Era una cena carga-pilas, con la consciencia puesta a esa unión, a ese momento en que cada una se llena de la energía de las otras, en que cada una puede hablar sin ser juzgada, siendo acompañada y escuchada como toda mujer merece.
Ayer por la noche llené estómago, cuerpo, mente y alma. Esta mañana trabajábamos todas, sí. Y hemos dormido poco, pero ¿qué más da?
Las madres necesitamos parar, a veces. Y preguntarnos las unas a las otras cómo estamos, y que escucharnos, y no juzgarnos, y poder llorar y reír con otras mujeres-madres que entenderán a la perfección el momento vital por el que estás pasando.
Las madres necesitamos parar y estar con otras mujeres. Parar y cuidarnos. Parar y sentirnos llenas para poder, luego, mirar a nuestros hijos y estar disponibles, dispuestas y entregadas como la que más.
Cuando tienes, das sin reparo. Cuando vas corta, necesitada, dar sin condiciones es mucho más difícil.
Procura llenarte, procura parar, procura construir tu tribu, procura tener amigas, procura cuidarlas y que te cuiden.
La próxima cita de brujas es el 21 de diciembre, solsticio de invierno.
Gracias tribu.
PD: Sentiros libres de copiar la idea o adaptarla a vuestras necesidades y llenaros de amigas, de risas, de lágrimas bien derramadas y de conversaciones no-interrumpidas.
11 respuestas
Gràcies tribu!!!
Visca! Sí, gràcies!!!!! 🙂
Gracies Miriam, era exactament el q necessitava llegir aquesta nit!
Me n’alegro! Una abraçada!
Uuuffffff yo llevo sin parar 9 años, y cada vez se me hace más cuesta arriba!!!!
Respiró hondo y es lo que necesito.
Aunque sea acompañada de las amigas o sola ( que nunca va mal) es lo que are! Tomarme un día o noche para mí!
Muchas gracias Miriam!
Seguro que te sentará de maravilla! 😉
Que buen recordatorio. A veces nos dejamos atrás como mujeres, como seres humanos para ser solo madres pero un alto en el camino nos da el respiro y el aliento para continuar en este hermoso camino. Solo que lo olvidamos… que buen recordatorio!
Otra vez sacándome las lágrimas… Que suerte contar con unas amigas tan maravillosas!!!
Sí, lo es! 🙂
Te leo y me siento identificada ,yo tambien formo parte de una tribu de mujeres preciosas llenas de amor …Somos muy afortunadas y me siento agradecida..
Qué bien, me alegro!!! 🙂