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Hasta el 6 de enero

La teta

Me apetece hablar de lactancia, hablar de lo que experimento y he vivido durante este año y medio que hace que doy el pecho a mi hija.

Cuando empezó todo, en el hospital, recién parida y con una herida importante en la barriga y al alma, la lactancia surgió de la manera más espontánea, natural, instintiva y placentera.

Dar el pecho a mi hija me resultó fácil, ella mamaba con fuerza y enseguida corrigimos la posición, para que aquella grieta en el pezón derecho que me salió, fuera la última. A partir de aquí, disponibilidad por mi parte, piel con piel y abandono del reloj. Este objeto tan necesario hoy en día, es el gran enemigo de la lactancia materna. No se puede estar pendiente ni del tiempo entre tomas, ni la duración de éstas porque, simplemente, no tiene ningún sentido.

Lo de mamar cada 3 horas y sólo diez minutos cada pecho está completamente obsoleto y encontraréis mucha información en webs de lactancia, en la de la Organización Mundial de la Salud o de la Asociación Española de Pediatría.

Las hormonas hacían de las suyas y yo tenía la prolactina por las nubes, que me hacía tener unos pechos como dos ollas a presión, que a menudo derramaban y dejaban mojadas las sábanas. No era ninguna sensación desagradable, para mí. Me sentía mujer. No sé cómo explicarlo, pero supongo que la exhuberancia de los pechos, el instinto a flor de piel, la sensación de ser MADRE… me hacían sentir más que nunca, mujer.

Y es algo que me chocó; de repente, me sentí muy orgullosa de serlo, cosa que nunca me había pasado. Siempre me había sentido más cercana a los hombres; intentar hacer i ser como ellos, actuar como ellos, supongo que me hacía sentir más importante, más valorada… No lo sé, todavía no he pensado mucho en todo esto, pero tengo la sensación de que el embarazo, el parto y la lactancia me han ayudado a instalarme de una manera firme, placentera y segura en la condición de mujer. Sin complejos.

Ha ido pasando el tiempo y no me canso de darle el pecho. Laia tampoco. Hicimos los seis meses de lactancia materna exclusiva, y poco a poco fuimos introduciendo alimentos sólidos. Por ahora no tenemos ganas ninguna de las dos de acabar con la teta y eso, es otra cosa que quiero decir, dar el pecho es cosa de dos. Sí, de dos, nada más. Ni de tres, ni de cuatro, ni de mil. De la madre y el bebé. Y las interferencias, sobran.

La teta, para mí, es como «el gran milagro». La teta, desde el primer día, lo es casi todo… Tiene todas las ventajas y yo, por ahora, todavía no le he encontrado ningún inconveniente. La teta alimenta, eso lo sabe todo el mundo. La teta cura, porque a través de la leche llegan al bebé las defensas del sistema inmunológico de la madre, y así hacemos niños y niñas más sanos y fuertes. La teta da consuelo, cuando el bebé ha tenido un susto o está nervioso. La teta hace dormir, el bebé, pero también a la madre, y por la noche no hay nada más dulce que dormirse dando el pecho… es de aquel tipo de sueño que me recuerda bastante al que se tiene durante los tres primeros meses de embarazo. La teta calma el dolor; de dientes o de lo que sea. La teta vincula a madre e hijo/a. La teta…. hace tantas cosas buenas a mi hija que le estaré siempre agradecida.

Pero estoy segura que para poder sentir todo esto, la madre, la mujer, debe tener apoyo y por supuesto, buena información. El apoyo de la pareja, de la familia, del entorno más inmediato es básico porque sino, todo es mucho más difícil, y el instinto se nos altera, porque nos dicen cosas que nos hacen daño. Porque nos hacen dudar y ya no sabemos si lo que hacemos es bueno, o valdría más que lo dejáramos correr.

No sé cuánto tiempo voy a dar el pecho a Laia, no sé si algún día me cansaré, si algún día ella me dirá que no quiere más, o será un pacto entre las dos dialogado y con apretón de manos incluida. Pero desde aquí, quiero agradecer a todas las personas que me han ayudado a que la lactancia de Laia haya sido exitosa. A mi compañero, que le da mucho valor, lo entiende y me apoya en todo momento. A mi madre, que me ha dado la información directamente o a través de libros o webs que conocía y me ha resuelto todas las dudas habidas y por haber, a la familia que nunca se ha metido en eso tan íntimo y tan nuestro que es darle el pecho.

Y, especialmente, a las amigas que también madres, y que también dando el pecho a mi lado, me han ayudado a ver que lo que hacía yo, no era tan raro. Que me han ayudado a aumentar los niveles de prolactina y oxcitocina, sólo por el simple hecho de estar cerca, juntas, disfrutando de los ratos de charla e intercambio de experiencias. A aquellas amigas que nos hemos ayudado mútualment en temas de lactancia y que me han dicho en momentos importantes «Ah, tranquila, a mí también me pasaba y ya verás que en dos días ya estará«. Gracias, niñas, por todo este tiempo compartido!
Alguna vez he oído decir que dar el pecho esclaviza a la mujer. A mí, que Laia mame no me hace esclava, me hace feliz … muy feliz.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

7 respuestas

  1. A mi també em fa molt feliç!!!!!

    Quan arribo de treballar i la Laia arriba de l’escola,ens abracem, ens fem petons i ella em diu … TETA!!!.. És el nostre moment de retrobament, un moment que és nostre, només nostre, i que ens fa profundament felices !!!

  2. yo no podria imaginar tener un hijo sin lactancia porque para mi va relacionado, siempre y cuando vaya todo bien y se reciba apoyo,como tambien dormir con ella, cogerlo cada vez que quiera sin pensar en ningun prejucio, la naturaleza es sabia y sobre todo es MADRE.

  3. Hola Miriam,
    Acabo de descubrir tu blog y he disfrutado mucho los artículos que hasta ahora he leído, te felicito. Tengo mucho material que recorrer y de seguro lo haré…
    Soy venezolana y hace poco comencé mi propio blog y gracias a eso he descubierto muchos otros excelentes que son fuente de inspiración!
    De las cosas mas lindas de mi maternidad esta la lactancia materna, ese dormir amamantando que tan bien describes… es una delicia!
    Gracias por compartir y escribir tus experiencias!
    Carlota
    https://criandoando.tumblr.com

  4. A mi me pasó lo mismo, tengo un peque que hace un año el dia 20, y sigo dandole la teta.. y seguiré mientras el quiera.. tb me ha tenido cuando a querido , jamás miré el reloj, y jamás me he sentido exclavizada..Tb fué una cesarea y tb me salió esa primera grieta, pero yo tenia el convencimiento de que lo podia hacer, y el me lo puso fácil… te quiero mi principe!!
    Es una experiencia muy bonita e inolvidable..

    1. Pilar, pues felicidades por este primer año de lactancia y de amor. Celebro que lo estés disfrutando tanto y que fluyas dando de mamar a tu príncipe. Enhorabuena.
      Un abrazo.

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