9.6.2011
Si hay una frase que no soporto y que no he soportado nunca es: «¿LO VES? ¡YA TE LO DECÍA!». Sobre todo porque porque no hace falta decirla. Me explico: si eres pequeño y estás jugando con un columpio del que puedes caerte y finalmente caes, cuando ya estás en el suelo no hace falta que te digan aquello de «¿¡Lo ves, como te has caído?!», porque es evidente que ya lo ves. Es evidente que AHORA SÍ que te das cuenta que quizás lo que estabas haciendo no era muy adecuado y que, por tanto, la madre, el padre, la abuela o la canguro tenían toda la razón del mundo.
Siempre había dicho que lo del «ya te lo decía» no lo usaría jamás porque me daba tanta rabia que no me podía imaginar diciendo la misma frase a un hijo mío. Ay… cuántas cosas me está enseñando la vida… Porque ahora, que soy madre ya lo puedo confesar. Lo he dicho. Sí, lo he hecho. Le he dicho un «¿LO VES? ¡YA TE LO DECÍA!».
Fue el otro día, en casa. Mi hija continuaba con su afán de trepar por todas partes (¡dice que quiere llegar al techo!). Total, que subió sobre una silla y se puso de pie. Antes de hacer su siguiente paso que era subirse a la mesa, estuvo un rato dando palmas y de alguna manera avisándome que estaba a punto de hacer algo «peligroso». Le dije: «Baja, que te puedes hacer daño», pero digamos que no me hizo caso. Acto seguido, cuando intentaba pasar de la silla a la mesa, ¡pum!, cayó al suelo. Por suerte, no se hizo daño, pero sí se llevó un buen susto y claro, se puso a llorar: «¡Maaaaaammmmmaaaa!» Y yo que la abrazo y le digo «¿Lo ves? ¡Ya te lo decía!» Y cuando lo terminé de decir pensé:«¡MIERDA! LO HE HECHO, LO HE DICHO, ¡¡¡NO PUEDE SER !!!!»
¿Como es posible que cuando nos convertimos en padres y madres acabemos diciendo frases de las que juramos y perjuramos que no diríamos nunca? ¿En qué maldito lugar las tenemos tan bien integradas que salen así, cuando menos te lo esperas, sin avisar y como si fueran la cosa más natural del mundo? ¡¿Cómo es posible ?!
Y claro, me he dado cuenta que NO soy inmune, y que si no quiero decir esas frases que tanta rabia dan, tendré que poner mucha más conciencia y atención sobretodo cuando ya veo que hay una situación susceptible de hacerme caer en la «maldita» frase. Lo siento, pero esto de criar tiene su miga, que no os engañen ;). Seguramente es mucho más fácil tomar el atajo y meterle un «ya te lo decía» cada vez que prevemos que se puede hacer daño, pero es que… ¿Hay alguien a quien le hayan dicho eso y le haya gustado? ¡¿Hay alguien a quien no le dé rabia esta puñetera frase?!
5 respuestas
Yo también odio esta frase, es como meter un poco el dedo en la llaga,no? De todas maneras yo desde que soy madre también estoy haciendo y diciendo muchas cosas que alguna vez dija que no haría… Algunas «buenas» y otras «no tan buenas», como colechar, Yo que NUNCA iba a dormir con mis hijos… O tetear cuando recuerdo haber dicho que yo teta no daría ni de coña y aquí llevo ya 14 meses y sumando… Pero también he reñido a la peque por tonterías (por estar nerviosa yo)o he levantado la voz más de lo que me gustaría… Ya dicen que Nunca digas de esta agua no beberé…
Un abrazo!
Jajajajaj creo que cuando eres mama se te activan automáticamente una serie de frases en tu cerebro que en un momento o en otro saldrán a la luz Jejejej!!! Bueno yo creo q lo importante es recordar el coraje que nos daba que nos dijeran esas cosas para evitar al máximo decirlas. Muchos besos!!
Nosaltres, em refereixo a la Raquel i a mi també ens fa molta ràbia aquesta frase, sobretot quan la sentim en temes referents a la criança de l’Ivet, però n’hi ha una altra, que hem sentit moltes vegades i sí que estic segur que no farem servir mai, és la de «como te caigas encima te pego!!!» i acte seguit veus el nen a terra i com la mare el recull del braç com si fos un bolso. M’indigna moltíssim, com si no en tingués prou amb haver caigut que la mare encara l’arrossega i el renya.
Ai, Míriam. El meu germà ‘ja m’ho deia’, també, allò de ‘ja t’ho trobaràs quan tinguis fills’ quan jo qüestionava alguna de les seves actituds com a pare. I m’he hagut d’empassar moltes paraules pronunciades. Però no m’hi faig mala sang, el ‘ja t’ho deia’ i moltes coses més que et semblava que no faries, les acabes fent. No som perfectes. Això sí, estimem per sobre de tot els nostres fills i la senzilla consciència d’equivocar-nos ens fa bones mares, n’estic convençuda. Reconèixer que tampoc ho fem del tot bé i fins i tot, demanar-los perdó quan cal i ens equivoquem o diem alguna cosa que no hauríem d’haver dit, és també educar-los en la possibilitat de l’error. No cal ser perfectes. Seria molt avorrit! Un petó.
Ostres si! com costa desprogramar-se eh! És que sap tan greu quan cauen…