Gracias!

18.2.2013

Un recuerdo que tengo grabado en la memoria de cuando era pequeña es cuando iba en coche e intentaba leer todos los letreros de tiendas, bares, etc, que veía: «mamá, aquí dice…», «Y mira, aquí pone…». Me encantaban las letras, aprender a leer y sobre todo, aprender a escribir. Para mí, el día más fantástico en clase era cuando nos decían «Y ahora, tenéis un rato para hacer un texto libre» o «este fin de semana de deberes tenéis que hacer un texto libre en casa». Y era feliz. Me obligaban a escribir y escribir me encantaba.

Fuí creciendo y cogí el hábito de escribir un diario. Escribía por todas partes y a todas horas. Recuerdo mirar los dibujos con un bolígrafo en la mano y un papel. Recuerdo hacer letras así, porque sí, sin sentido… o palabras. Durante una larga época recuerdo escribir muchísimo. Lo que me había pasado, qué había sentido, lo que había visto… Después, no sé demasiado por qué, dejé de hacerlo. Quizás ya no lo necesitaba, quién sabe. Paré de escribir… hasta que aquello tan fuerte volvió, y no podía parar. Escribí dos cuentos largos y los envié a diferentes concursos literarios. Los dos fueron premiados (algún día los colgaré en el blog…). Escribí una novela y la tengo guardada en un cajón: no la he vuelto a leer, algún día tengo que hacerlo… 😉

Me quedé embarazada y volví a escribir cada día a Laia. Era ahora «mi» diario para ella. Con el puerperio, el cambio radical de vida y el cansancio, me costaba encontrar el momento para escribir, sobre todo porque la creatividad estaba toda puesta en Laia. En verla crecer, en criarla, en amarla y estar con y para ella. Pero al cabo de un año y poco, me volví a sentar delante del ordenador y no podía parar. Otra vez.

Haré un blog, dije. Y aquella fue de las mejores ideas que he tenido en mi vida. Porque me ha hecho aprender muchísimas cosas, me ha abierto muchas puertas, me ha hecho conocer muchísima gente y sobre todo, porque me ha hecho escribir cada día. Y cuando escribo soy feliz, os lo he explicado muchas veces.

Esta semana hace exactamente 2 años que inauguré A FLOR DE PIEL. Fue un 23 de febrero, y yo estaba hecha un flan. Lo hacía contenta y decidida pero sentía que me exponía y me daba mucho respeto. No me arrepiento. En absoluto. Y todo lo que puedo decir de este tiempo, de este espacio, de este rincón tan íntimo mío que comparto con todos vosotros es que estoy muy agradecida.

Este blog me ha «obligado» a escribir. A intentar buscar la palabra justa para explicar cosas de este mundo tan apasionante como es el de la maternidad. A reflexionar sobre lo que nos pasa a muchos padres y madres cuando tenemos un hijo. A indagar. Este blog y escribir sobre lo que me pasaba y vivo me ha obligado y ayudado a conocerme más. Este blog me ha ayudado a compartir y estoy agradecida de que muchos hayáis compartido conmigo vuestras experiencias. Algunos, sin conocerme, me habéis hecho saber a mí antes que a cualquier miembro de vuestra familia, que estabais esperando el hijo que tanto deseabais! Me habéis hecho partícipe de lo que sentíais. Yo os he explicado mis momentos de felicidad extrema pero también mis angustias y vosotros habéis hecho exactamente lo mismo. Por eso estoy tan agradecida y os digo aquí GRACIAS.

Durante dos años he escrito todos los días excepto los fines de semana, días festivos o días en que una fuerza mayor me lo ha impedido. En el blog hay más de 450 posts sobre un montón de temas, todos relaciones con la maternidad, paternidad, crianza…

Y ahora, dos años después, siento que tengo que hacer algunos ajustes.

He decidido dejar de escribir cada día. No porque no me guste o porque esté cansada, en absoluto, sino porque tengo un proyecto en mente que me pide más tiempo y no lo encuentro. Escribir cada día en el blog es un esfuerzo enorme en muchos sentidos. Gratificante, por supuesto, pero he de dedicarle muchísimas horas. Y quizás ahora necesito tomármelo con más calma. Seguiré escribiendo (esto es como una droga), que nadie lo dude. Pero quizás dos o tres veces por semana. Así podré también dedicar algunas horas a este nuevo proyecto que algún día espero que vea la luz y poder compartirlo también con vosotros. Me apetece. Quiero hacerlo. Y para ello necesito tiempo.

Soy feliz de no cansarme de escribir. Escribir me llena. Y me tendréis aquí, espero, durante mucho tiempo. Espero que no os sepa mal este cambio. Lo hago también porque si no, tenía miedo de terminar cansándome o agobiando de que la falta de horas no me permitiera hacer otras cosas que tengo en mente.

Si deseáis saber cuándo publico un nuevo post, lo más fácil es seguirme en Twitter @miriamtirado o Facebook https://facebook.com/aflordepell En estos dos canales encontraréis cada nueva publicación, aparte de otras informaciones que me parecen interesantes y que comparto.

Hoy, más que nunca, gracias a todos por estar ahí. Algunos por estar desde hace tanto tiempo. Otros desde hace poco. Algunos por estar en el anonimato, otros por estar y hacérmelo saber. A los que os gusta todo lo que escribo y pienso, y a los que no. A los que me felicitáis a menudo, y a los que me decís cuando no estáis de acuerdo con algo que he escrito. A los que me enviáis mails privados y a los que no sé que estáis. A los que me leéis a escondidas en el trabajo y a los que lo hacéis justo antes de ir a la cama.

A todos, sin excepción, gracias. Os llevo en el corazón.

PD: Quiero continuar subiendo montañas y quiero compartirlo con vosotros.