El de hoy es el último post que escribo antes del nacimiento de Lua. Cuanto más ha ido avanzando el embarazo, menos ganas y necesidad he tenido de escribir.
Supongo que toda la creatividad, todo el poder creador, estaba centrado en un punto muy importante de mi vientre, Lua.
De unos días para acá ella va haciendo su proceso: se va acostumbrando a las contracciones, se va moviendo buscando la salida… y yo, su madre, voy haciendo el mio propio: aceptar que esto se acaba, disfrutar hasta el último segundo de eso tan maravilloso que es gestar un hijo en la barriga.
Pero no todo es de color de rosa. En este proceso también han aparecido miedos, recuerdos guardados y bien escondidos en cada célula de mi cuerpo con la impronta de mi primer parto.
Conectar con el cuerpo ha supuesto volver a sentir vívido aquel recuerdo y es todo un proceso irlo digiriendo, irlo poniendo en su lugar, irlo situando para que ahora, en este momento, todo esto no moleste, no entorpezca el momento presente.
Dejar hablar la memoria celular para limpiar, para sanar todo el miedo, toda la angustia vivida, para poderme soltar al momento presente, sólo al momento presente sabiendo y convenciéndome que cada parto es un mundo.
Dentro de este proceso también entra un cierto duelo: despedirme de esta panza redonda y fantástica que llevo conmigo desde hace tanto tiempo, despedirme de las sensaciones de sentir un bebé dentro, despedirme de ser tres en casa, de poder hacer frente a las necesidades y demandas de una niña (Laia) sin tener que dividirme con otra…
Sí, tengo sensación de fin de etapa. Intencionadamente y felizmente, pero fin de etapa, al fin y al cabo. Lo que hemos vivido siendo tres en casa, ya lo hemos vivido y ahora vendrán cosas nuevas, aventuras, aprendizajes, vivencias absolutamente nuevas siendo cuatro. El amor se multiplicará, porque habrá otro miembro, y a la vez, tendremos que aprender a gestionar necesidades, situaciones y momentos que aún no se nos han presentado.
En el aspecto más individual yo siento que estoy a punto de cambiar, que estoy a punto de ser otra. Sí, así, tal como os lo digo. De la misma manera que después de tener a Laia ya no era la misma mujer, porque la maternidad me hizo distinta, ahora también sé que con esta segunda experiencia de embarazo, parto y crianza de Lua volveré a cambiar.
No sé cómo ni de qué manera, pero ya no seré la misma. El poder creador de gestar, parir, criar con conciencia no nos puede dejar intactas y tengo justo esa sensación; de acercarme a un yo nuevo que desconozco.
Todo ello, inevitablemente, me empuja a tirarme al vacío. A confiar en el buen paracaídas que supone mi entorno , en el aprendizaje y en el camino recorrido hasta ahora, y a abandonarme a lo que ha de venir: el parto, el puerperio, la vida de 4. Fluir con lo que la vida me traiga. Confiar. Dejarme ir sabiendo que pasa lo que tiene que pasar, que todo es perfecto, que no hay que hacer nada y que lo poco que podía hacer, ya está hecho.
Disfrutar de estos últimos días, de saborear el nidito que hemos preparado a Lua y esperarla sin impaciencia. Con serenidad, felices, disfrutando también de este tiempo con Laia fuera y Lua dentro. Uniéndonos más, si cabe, con el padre de las criaturas para hacer un buen equipo, sólido y amoroso para acoger y acompañar el crecimiento de nuestras hijas, creciendo con ellas.
Ahora me abandono a ello, a lo que la vida me tiene preparado en el futuro más inmediato, sabiendo que cuando pase un cierto tiempo tendré muchas ganas de volver a estar con todos vosotros, compartir mi experiencia, y acompañaros en las vuestras. Gracias por estar ahí, sé que muchos me tenéis presente. Un abrazo muy fuerte.
Y antes de terminar, dejad que os diga que yo no espero una hora corta sino un tiempo de parto feliz y dichoso que me permita terminar diciendo «Bienvenida a casa, Lua. Te quiero”. Quiero un buen viaje!
11 respuestas
Des d’ahir que esperava el teu post. M’he emocionat molt, amb cada una de les teves paraules. Gaudiu d’aquest moment tan especial i aquí estarem esperant-te quan el moment de tornar a escriure arribi. Una abraçada ben forta per tu també.
Hola Raquel!
Gràcies guapa… ho sé! Espero gaudir-ho molt!!! Us ho explicaré! Una abraçada ben forta!
Molt bon viatge Míriam! Esperarem la teva postal i respondrem amb un «Benvinguda Lua i Felicitats família de 4».
Una abraçada
M’emociona cada post que escrius, transmets tanta tendresa a les teues paraules, que sigues molt feliç!!
Bon viatge Míriam!
Una abraçada ben forta.
Bon viatge Míriam, emocionada em deixes i espero que sigui una vivència meravellosa, aquí esperarem que ens l’expliquis!
Tendrás el mejor baje del mundo Miriam. De eso estoy completamente segura. Abrazos y bendiciones para los cuatro.
Que tingueu un bon viatge, que el pugueu gaudir al màxim.
Una abraçada, precioses!
Que emotivo todo!!!!!
Tendrás el mejor viaje que te puede tocar, la llegada de un hijo de por si ya lo es! Fluye, entrégate, déjate llevar! Tu circulo virtual está enviandote toda la luz. Confía en ti, confía en Lua <3
Bona sort i gaudeix! No tinc cap dubte que ho saràs fer…
Petons!
El segon part es diferent i especial…a disfrutar!