Si en vacaciones no están felices y contentos

Que tengan vacaciones o que hayan terminado el cole no significa que tengan que estar felices y contentos todo el día. A veces los adultos tenemos esa expectativa… A veces es justo entonces cuando sienten que pueden «sacar» todo el malestar. Como el adulto estresado que empieza vacaciones y enferma. Malestar acumulado de haber llevado un ritmo que no era el suyo. Si encima siguen todavía el mismo ritmo, con escuela de verano, pueden sentirse «timados». No tienen a sus maestras/os de confianza, quizás hayan otros niños…los cambios les producen inquietud y malestar. Es normal entonces que lo expresen. Si tenemos la fantasía que porque es verano tienen que estar felices y ya, nos frustaremos. En vacaciones hay tantas emociones como durante el curso. Necesitarán acompañamiento igual. ¿El problema? Que quizás tú también estás que no puedes más. Estáis en el mismo barco, sed equipo, no enemigos. Si empatizamos podrás conectar y con conexión podrá haber colaboración y unión. Si en cambio, te desconectas y aíslas emocionalmente, será fatal porque se sentirá inseguro/a, que no le comprendes y muy solo/a. Esto provocará más malestar y entraréis en un círculo vicioso. Evítalo recordándote quién es el adulto. Ánimo, si esta etapa resulta retadora recuerda que es en momentos así que aprendemos lecciones valiosas que nos ayudan a crecer.

A todas aquellas personas que, como han terminado las clases de primaria y secundaria, ven el verano con pánico o aquellas que no entienden qué sus hijos no están todo el rato felices y contentos.
El verano puede ser intenso, retador y agotador especialmente cuando no se conecta con el sentir de los hijos. Hay la expectativa de que en verano todo será mucho mejor que durante el curso, y a veces no es así. Ojo con las expectativas.
Estate muy conectada/o con el presente, respira y ve lo que ES sin esperar que sea otra cosa. Desde ahí podrás entender qué pasa y proceder de la mejor manera.