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Emociones

Los celos y los niños

3.10.2011

El otro día me contaron el caso de un niño que no lleva nada bien que haya entrado un bebé en casa, vaya, que eso de tener un nuevo hermano que ocupe el tiempo y las tetas de la SU madre, no le gusta nada. Ya hace tiempo que tenía ganas de escribir sobre los celos y sobretodo, de lo que hacemos los adultos con los celos de nuestros hijos. He observado muchísimos casos en los que lo primero que hacemos los padres/madres es autoengañarnos y medio convencernos de que «cuando nazca el hermanito, el mayor lo llevará bien». Porque es lo que queremos, porque es lo que queremos creer porque no queremos que sufra. Una vez llega este nuevo bebé en casa nos seguimos repitiendo que sí, que lo lleva bien, que le da besos, que lo quiere, aunque de vez en cuando los abrazos que le da parezcan más estrangulamientos que muestras de amor. Porque no hay ningún padre ni madre en el mundo que quiera que sus dos hijos no se quieran o se lleven mal.

Después de un tiempo de pensar en ello y darle muchas vueltas he llegado a una conclusión que no sé si compartiréis: todos los niños sienten celos, absolutamente todos. De acuerdo, no se puede generalizar, siempre digo en este blog. Rectifico: casi todos los niños sienten celos de sus hermanos. Y no me refiero al hermano mayor respecto al nuevo bebé, sino también del pequeño, celos en las dos direcciones. ¿Y por qué lo creo tan firmemente? Pues porque lo encuentro normal, porque creo que es natural. Porque hace tiempo que observo a mi hija en este aspecto y veo que a veces siente celos de que mi madre me dedique un rato a mí y no a ella. Porque el otro día tuve un rato un bebé en brazos y ella, muy paciente, finalmente me dijo: «mamá,… ¡ahora caso a mí! «, porque veo que cuando su padre y yo hablamos, o nos abrazamos, ella ya viene corriendo reclamando su parcelita de mimos diciendo: «yo también». Y todo esto, también es normal.

Los celos entre hermanos preocupan muchísimo a las madres y a los padres, y lo entiendo. No nos gusta ver que los hijos sufren. Pero a mí me preocupan mucho más las personas que con 25, 30, 40 o 50 años siguen sintiendo unos celos terribles porque aquel del trabajo está haciendo lo que quisiera hacer yo, o porque mi mujer ha hablado mucho rato por teléfono con un amigo, o porque mi marido es muy simpático con ese o aquel otro, o porque mi madre cuida más a los hijos de mi hermana que a los míos.

Que un niño pequeño tenga celos es normal, porque les cuesta dejar de ser el centro del Universo, y les cuesta compartir algo tan importante como son mamá y papá. Debemos ayudarles a gestionar este sentimiento que les hace pasarlo tan mal. Tenemos que legitimar lo que sienten, sin enfadarnos, entendiendo que sufren, explicándoles qué es y qué quiere decir. Dedicándoles atención sin recriminarles que nos quieran más tiempo y más presentes de lo que a veces somos capaces de darles. Y hacer todo esto… no, no es fácil. Pero es importante. Porque yo no sé si alguna vez habéis sentido que los celos se apoderan de vosotros. Yo sí, y es un sentimiento horroroso que no deseo a nadie. Y ¿sabéis qué me hubiera gustado las veces que sentí eso? Pues que la persona a quien, a veces sin saberlo yo reclamaba, hubiera venido, me hubiera abrazado muy fuerte, muy presente, y me hubiera dicho: «debes saber que el amor que siento por ti no ha retrocedido ni un solo milímetro».

Por eso creo que los celos sólo pueden contrarrestarse con amor, mucho amor, y un acompañamiento cercano, presente, sincero, empático y lleno de reconocimiento de la situación a ratos muy desagradable que está viviendo ese niñ@. Pero primero, lo primero de todo, es que los adultos dejemos de simular que los celos no existen, que no sentimos celos ni nosotros ni nuestros hijos. Que dejemos de autoengañarnos y que nos decidamos a cruzar uno de los sentimientos más desagradables que existen, cogidos de la mano de nuestros hijos.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

2 respuestas

  1. Ayer por la mañana escuché una conversación ajena en la que una madre le preguntaba a otra «¿Para cuándo el próximo?» a lo que le contestó «estoy tan enamorada de mi pequeñín que ni me lo planteo, sería como serle infiel». Y es que los celos es algo tan humano como ser bípedos

    1. Sí, eso que comentas les pasa a muchas mujeres… que les cuesta vincularse al bebé que estan gestando porque es como si estuvieran traicionando a su hijo mayor. Y sí, eso es lo que creo, que los celos son naturales, normales, y como a tales debemos tratarlos y entenderlos. Un beso.

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