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Hasta el 6 de enero
el duelo

El duelo por el parto que no tuvimos

Cuando ya eres madre, el parto de alguien muy cercano es una removida. A menudo en forma de nerviosismo: sabemos que está de parto y pasan las horas y no llega esa esperada foto de madre y bebé con el mensaje de «Martina ya ha nacido, ha pesado 3,500 (¿por qué siempre decimos el peso?) y somos muy felices».

Cuando digo alguien cercano quiero decir alguien MUY cercano: una hermana, una amiga a quien queremos mucho, una cuñada, etc. Otras veces lo que sale es ilusión: estamos contentas y como si flotásemos porque está a punto de nacer alguien a quien querremos mucho. Porque seremos tías, o casi, de un bebé que intuimos que amaremos.

Pero otras veces la removida nos trae recuerdos que o ya habíamos olvidado o simplemente, habíamos intentado pasar página. Sobre todo si en nuestro parto sentimos miedo, o nos sentimos violentadas con la medicalización de todo el proceso, o si sufrimos mucho por nuestro hijo, etc, es posible que con el parto cercano de nuestra hermana, amiga o quien sea, revivamos las horas que vivimos con el nuestro.

Y a veces, tal vez, sentimos que tenemos muchas ganas de llorar y casi no sabemos ni por qué. Sale como una angustia antigua que seguramente, con el día a día de crianza de nuestro hijo, no encontró el espacio ni la acogida necesaria para poder aflorar y situarse en el lugar que le correspondía. No pudimos hacer limpieza emocional y quedó arrinconado esperando un mejor momento para salir a la luz.

Pues bien, el nacimiento de alguien cercano ES el momento en que todo puede salir a la luz. Todo ello, evidentemente, dependerá mucho del parto que hayamos tenido y si se parece o no con el parto que deseábamos.

«Yo no puedo parir«, ya lo sabéis, y después del parto de Lua tenía cierto miedo: lo que pasaría cuando pariera alguien cercano, de lo que afloraría en mí al ver que otras personas cercanas sí pueden.

Por más que hayas intentado poner las cosas en su lugar, por más que hayas hecho el proceso mental de racionalizar lo sucedido, no tienes ni idea de qué dirá tu cuerpo en el momento que las emociones por un parto próximo se desboquen. Y yo tenía miedo.

La vida ha hecho que poco después de mis partos, personas muy cercanas parieran. En el caso de Laia, justo 9 meses después parió mi cuñada, y en el caso de Lua, 7 meses después han parido con dos días de diferencia la mujer de mi hermano y mi mejor amiga.

Qué casualidad, ¿no? Del primer caso os hablé aquí en el blog ……… La removida que sentí en un parto que se parecía muchísimo al mio pero que acabó por vía vaginal me dejó en KO técnico. Lloré lo que no está escrito hasta que no llegó la noticia.

Hace 15 días, el sábado por la mañana me levanté y tenía un mensaje en el móvil de mi hermano enviado a la madrugada que decía «vamos hacia el hospital» y algo más. ¡Qué emoción! El corazón me empezó a latir deprisa y por mi cabeza pasaron todo tipo de pensamientos.

Imaginaba como les estaría yendo, y sobre todo, sobre todo, deseaba que saliera todo bien. Deseaba que su parto fuera respetado, que se sintieran cuidados, y que se pareciera al máximo a lo que habían imaginado.

Con tanta emoción, no pude evitar ponerme a llorar y eran lágrimas de mi experiencia.

De aquellos momentos de incertidumbre que vives cuando algo no va como tenía que ir. Del miedo que pasé y que de alguna manera, afloraba sintiendo miedo por lo que les pudiera pasar a ellos. No quería que sintieran lo que yo sentí. Y salía, como no, la protección hacia mi hermano, mucho más pequeño que yo. Las ganas de que estuvieran bien él y su familia.

Y todo fue bien y fui feliz. Al cabo de 24 horas se ponía de parto mi mejor amiga y seguí removida aunque el impacto ya fue menor porque yo ya llevaba todo un día con llanto intermitente. Y también fue bien, y sí, también fui feliz.

Cuando aquellos dos días hubieron pasado me levanté una mañana y me sentí muy triste. Él me preguntó qué me pasaba y le dije «es que yo no sentiré qué es que tu hijo baje por el canal de parto y venga a ti. Yo no podré parir nunca». Era el duelo. Que como todos los duelos, no se liquidan en dos días. Como todos los duelos, tienen su proceso y debe pasar un buen tiempo antes de que lo hayas atravesado por completo.

Fue un rato, un rato en que el duelo volvió a aparecer en mí, pero desde la serenidad, desde la comprensión y desde la aceptación de lo que me tocó vivir.

Y es ahora, unos días después, que me doy cuenta que algo ha cambiado. Después de la primera cesárea, los partos cercanos que iban fantásticamente bien me provocaban envidia. Envidia y culpa, obviamente. Porque a nadie le gusta sentir estas cosas. Pero esta vez no, supongo que porque todo está mucho mejor situado que en la primera vez.

Pero si me estás leyendo y te sientes reflejada; si cuando tu amiga o tu hermana, o tu prima parieron, sentiste envidia porque vivieron lo que te hubiera gustado vivir a ti, sepas que te entiendo y que es normal.

Entiendo que sientas esta frustración enorme porque yo también la sentí.

Que entiendo que los demás partos te remuevan porque te recuerdan lo que no tuviste. Entiendo que te sientas después culpable porque te hace sentir mala persona. Y no lo eres. Sé que si pudieras escogerías no sentir eso que sientes.

Si todo esto te pasa, es muy probable que no hayas pasado todavía el duelo, o que sientas que no lo puedes hacer porque no tienes a nadie que te acompañe.

A veces en relación al parto no se habla de duelo porque parece que no es para tanto. Que los duelos son para cuando muere alguien (eso sí que lo es, piensan) y por pocas cosas más. Pues no. De duelos hay de muchos tipos y la vida está llena de ellos.

Debemos atravesar muchos a medida que vamos creciendo y viviendo nuevas y a veces dolorosas experiencias. Hacer ver que no existen, no ayuda. Si nos adentramos en este duelo, un día todos aquellos sentimientos de envidia, frustración y dolor desaparecen y nos podemos sentir en paz con nuestro parto y con el que tengan los demás, sean como sean.

Digo todo esto porque lo he sentido, porque lo he vivido y porque lo he experimentado a flor de piel. El duelo, por mucho que pese, es finalmente lo que un día nos libera.

Y tú, ¿has traveseado el duelo por tu parto?

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

26 respuestas

  1. Totalment d’acord Míriam.
    En el meu cas, com ja t’he explicat alguna vegada, també he tingut «enveja» de com els ha anat a personez properes meves. A mi em van «treure»a la meva filla a les 6h d’haver donat a llum… gairebé no la coneixia, gairebé no l’havia tocat… Tot va anar genial I als 9 dies erem tots 3 a casa, però quan veig fotos de gent a l’hospital amb el fill, o quan hi vaig de visita em sento gelosa, de no haver pogut viure aquells moments jo també… I ara que estic a punt de tenir a la Lua, tinc els sentiments a flor de pell, I desitjo amb fervor poder estar amb la meva petita cada segon des de que vingui al món…

  2. Miriam no sabes cuanto bien me hacen leer palabras y reflexiones como estas. Mi peque no quería nacer, no le tocaba, no quería salir, me provocaron el parto 15 dias antes de salir de cuentas y claro… dentro estaba taaaaan agustito… que tuvo que terminar en cesárea… tantos meses esperando el gran momento, el saber como será, mentalizada para «dar a luz» y no puede ser. He intentado entender mi frustación, mi dolor y mi envidia de otros partos, y cuando casi lo tengo asimilado llega alguien y te mira como si estuvieras loca por decir en voz alta que te sientes mal por no haber sido capaz de parir.
    Gracias por darnos VOZ

  3. Mi duelo es porque he parido a mi hijo con 28 semanas de gestación y no he podido tenerlo en mi pecho y he tenido que esperar más de 60 noches para poder dormir con él al lado.
    Me siento muy identificada en esas emociones que describes y encuentro muy saludable poder hablar de ello.
    Un abrazo a todas las mamás.

  4. Yo siento un doble duelo: el de no haber podido quedarme embarazada de manera natural, y tardar 6 años en conseguirlo mediante una fiv (aún me produce recelo ver cómo otras mujeres consiguen quedarse embarazadas “a la primera”), y el de un parto demasiado intervenido y medicalizado. Y me siento extraña cuando lo explico, pq fue un parto relativamente rápido, vaginal y sin complicaciones, pero no me sentí a gusto, el cirujano me trató fatal, hizo caso omiso de mis peticiones, y aún hoy, dos años después, me sigo sintiendo culpable por no haber sabido defender mejor el parto soñaba (que hubiera sido posible con más paciencia, pero las prisas de ese médico por irse a su casa, lo hicieron imposible). Me gustaría poder pasar página, atravesar ese duelo del todo y sanar heridas, pero no lo consigo…

  5. Mis dos partos también han sido por cesárea. La primera vez todo iba bien, rompi aguas y me provocaron las contracciones. Dilaté del todo y a la hora de empujar se había movido y tenia la cabeza en mala posición por lo que después de 19 horas de dolores no quedó otra alternativa.
    Con el segundo fue diferente ya que me oprimia tanto que casi no podia andar y por el riesgo que eso llevaba me lo programaron.
    Si es cierto que en la primera ocasión me sentí frustrada ya que después de todo el proceso acabar así ..

  6. Hola Míriam, me siento muy identificada con tus palabras y creo que es importante pasar el duelo en todas las situaciones que no suelen ser como pensábamos/ esperábamos. Mis nenas nacieron antes de tiempo y el parto fue vaginal, pero no pude tocarlas ni verlas…mi ilusión era poder ponerlas en mi pecho en cuanto nacieran, pero no fue así y creo q esa pena aún anda rondando por algún lugar de mi ser….

  7. Hola! Yo pude parir pero por complicaciones mi hijo nacido a termino tuvo que quedarse ingresado le hicieron una operación y salió un mes después y aún lloro y me apeno por ese mes que perdimos juntos esos paseos sus baños, la ropita que no le puse el ombligo que no curé… supongo que como dices el tiempo hará que sane pero es duro.
    Gracias por ser nuestra voz

  8. Hola Miriam!
    Puf… muchas gracias por tus palabras. Mi parto no fue ni mucho menoa como lo desaba. He estado acostandome cada noche visualizando mi parto e imaginandome mi parto ideal. Despues de que mi pequeño hicieta un año asumí mas o menos lo sucedido y ahora pienso que fue como fue, y podia aver sido peor…
    Pero cada vez que alguna amiga tiene un bebe y me cuenta que su parto ha estado bien no me siento nada bien. Creo que poco a poco lo voy superando… pero es dificil…
    Muchisimas gracias por poner palabras a este duelo!

  9. No, más d un año después de mi parto aun no puedo hablar de él. Cuando vamos a postparto todas hablan de su parto y yo me quedo callada mirando al suelo, quien nos acompaña me dice que no pasa nada, que ya llegará el momento que me apetezca, aunque si pasado más d un año no es asi…nose.
    Un abrazo

  10. Miriam, yo tengo dos cesáreas igual que tú. Viví mi duelo por el parto perdido sobre todo en la segunda y me apena mucho leer que no puedes parir. No sé qué pasaría en tu caso, yo sí puedo parir, y quizás no lo haré nunca. Ni las circunstancias ni los médicos me dejaron, pero sé que podría haberlo hecho. La asociación El parto es nuestro y su red de apoyocesareas me hizo descubrir otro mundo y abrir los ojos. Ahora gracias a ellas sé que la mayoría de mujeres podemos, pero no nos dejan. Un abrazo y gracias por tu gran labor.

  11. Frustración con el primer parto porque aunque rapidísimo, la dilatación la epidural….el médico dijo la niña corre peligro porque sufre con el cuello mal colocado, sin problema ninguno acepte la cesárea y fui feliz de que mi niña naciera sana…
    Hoy embarazadisima, de 38+2, el miércoles o mañana mismo mejor dicho tengo mi Segunda cesárea programada….y esta no la queria ( salvo caso extremo; como la primera) pero bueno, lo importante es poder disfrutar de nuestros hijos sanos ellos y nosotras….al final compensa…
    Gracias Míriam….

  12. Mi duelo es por haberme perdido el nacimiento de mi hijo, en la 38 semana tuve una eclampsia de manual, sin haber tenido previamente tensión alta, se desencadenó en 6 h, ambulancia, cesaría y nos conocimos al 6 día tras despertar yo en la UCI , gracias a Dios los dos sin ninguna secuela, pero siempre llorare el haberme perdido ese momento, un segundo hijo, lo descarto, me da demasiado miedo dejar huérfano a mi niño.

  13. Pues tuve un parto horrendo recibi mucho maltrato pero que mas da mi hija esta viva y yo igual. La tristeza vino despues eso si. A veces no vale la pena ni vivir ni tener hijos y lo de menos es el parto. Eso pasa en unas horas dias no se. Lo demas no acaba nunca.

    1. Uf, Gis, siento mucho que te sientas así. No sé por lo que debes de estar pasando pero sin duda debe de ser muy duro para que digas eso. Recibe un fuerte abrazo. Ojalá poco a poco, puedas ir viendo la luz.

  14. Gràcies Míriam per donar veu al que moltes sentim… en el cas del meu segon part el nen va néixer amb problemes ala pulmons i s’el van emportar just va néixer a neonatos… fins 4 dies després no vaig poder agafar-lo ii mai no el vaig tenir amb mi a l’habitació, van ser dues setmanes d’ingrés molt dures per tots… fa poc una molt bona amiga va tenir la seva nena al mateix hospital i, encara que vaig ser molt feliç per ells al arribar al hospital em van agafar uns nervis i una mica d’angústia que en aquell moment no vaig saber perquè eren… al tornar a casa vaig entendre que hi ha coses que es porten per dins i que mai s’obliden… per mi la pitjor experiència de la meva vida…

  15. Ahora me doy cuenta del grado de frustración que tengo al ver la cicatriz. En la semana 30 me dijeron que los mellis nacerían por cesárea porque estaban sentados. Intenté posturas, remedios y consejos para que giraran. Incluso cuando rompí aguas tuve la esperanza de que hubiesen girado. Para mí, lo peor, no fue en sí la cesárea. Fue que tuve que estar unas horas separada de ellos, mientras el resto de familiares como el padre y las abuelas (llámame egoísta) pudieron olerlos, tocarlos y cogerlos. Ellos tuvieron la gran suerte de sentirlos antes que yo, que solo pude rozar con mis mejillas su cabeza. La cicatriz me recuerda el parto que no tuve y las primeras horas que no sentí a mis niños. Gracias por compartir y poner palabras a los sentimientos que muchas tenemos y no sabemos expresar

    1. De egoista nada… tus hijos deberían de haber estado contigo en reanimación, piel con piel, junto con tu pareja. Por suerte, cada vez hay más hospitales que lo hacen así… Entiendo tu dolor, esas horas solas son un horror. Un abrazo.

  16. Me siento muy identificada con tus palabras! Mi hijo nació por una cesárea de urgencia corriendo con prisas en un hospital donde no tenía que nacer, solo pude darle un beso al nacer y se lo llevaron. No le pude ver hasta que los dolores de la cesarea al dia siguiente me lo permitieron y sali del hospital sola, con un alta voluntaria, detrás de mi hijo trasladado en ambulancia que salio con mi marido.
    15 dias más tarde pudimos ir a casa… No puedo decir que lo haya superado, siento envidia de todas aquellas personas que han tenido sus contracciones, su parto, que han podido hacer el piel con el que han podido dar el pecho o al menos tener la opción, yo llevo 7 meses con un sacaleches… triste porque no pude estrenar sus primeras puestas, porque no pude hacerle las soñadas fotos, porque no pudimos salir juntos del hospital, pero feliz porque ya esta con nosotros y con el tiempo intentamos borrar esos malos recuerdos.
    Gracias por tu post

  17. Y cómo afronto ese duelo? No sé hacerlo. Quiero dejar de sentirme mal por mis dos partos y mis dos lactancias frustradas y quiero que se me dejen de saltar las lágrimas cada vez que pienso en ello. Pero no sé cómo….

  18. Hola Miriam, agradezco muchísimo tus palabras. Van a hacer dos años desde que nació mi hija y siento que todavia no he logrado hacer el duelo. Fue una cesárea de urgencia (porque yo no dilataba y la bolsa estaba rota) que me pilló por sorpresa. La presencia de mis padres y de mi pareja no me ayudó en aquellos días de soledad y miedo. A los cinco días fui ingresada en la UCI con una cardiopatía periparto. Nada salió como yo había imaginado, y todavía arrastro cierta tristeza por no haber podido dar el pecho a mi hija, por haber pasado tanto miedo, tanta soledad (viví mi posparto con la llegada de la pandemia y el confinamiento de 2020). En fin, que no sé muy bien cómo se maneja este dolor que brota cuando alguna mujer querida dá a luz felizmente. No sé si el tiempo irá cerrando esta herida, supongo y espero que sí.
    Un abrazo enorme

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