Llega un nuevo cuento del tándem Tirado-Turu, esta vez para ayudaros con un temazo: LAS PANTALLAS.
“Desconectados” es el nuevo cuento que he escrito, que ha ilustrado Joan Turu y que ha editado Carambuco Ediciones. Un cuento para ayudar a las familias a lidiar con la tecnología en casa después de que el confinamiento nos haya hecho todavía más difícil gestionar el uso de pantallas en las casas.
Este cuento lo escribí en abril de 2020, en pleno confinamiento, cuando yo misma tenía que lidiar con el uso de mi tiempo de pantallas por trabajo, y el tiempo de mis hijas con las pantallas y tanto con Joan Turu como con la editora Cesca Mestres vimos que era un tema que estaba llevando de cabeza a muchísimas familias.
¿Qué hacer con las pantallas? ¿Cómo gestionarlas cuando vivimos en un mundo cada vez más digitalizado? ¿Apartar a los niños/as de las pantallas es bueno? ¿Exponerlos/as a las pantallas es bueno?
En este cuento he querido transmitir lo que para mí son los grandes ítems de este tema:
NO PODEMOS HUIR DE ELLAS
Nos guste más o menos, las pantallas están y llevamos el mundo en la palma de la mano: un móvil puede hoy en día hacer de todo y es difícil huir de eso. Nuestros hijos/as no son ni pueden estar ajenos al mundo que les rodea, así que obviamente, van a tener que estar en contacto con las pantallas, sea en casa, en el colegio, etc.
LAS PANTALLAS NOS DESCONECTAN
El uso de las pantallas nos desconecta de la vida 1.0 y no virtual. Las pantallas nos evadirán: a veces por voluntad propia (queremos ver una película juntos y que nos transporte a otros mundos) y otras sin darnos cuenta (el agobio, estrés o cansancio a veces nos empuja a conectarnos a las pantallas para desconectarnos de nuestro día a día que nos parece agotador o que no nos termina de motivar).
LOS NIÑOS NECESITAN CONEXIÓN EN VIVO
Sí, las pantallas les gustan, obvio, porque son adictivas, pero los niños/as en realidad lo que necesitan y buscan continuamente es conexión 1.0. Dependiendo de nuestra conexión como padres se sentirán más presentes aquí y ahora o tendrán más interés en evadirse y desconectar. No podemos olvidar que las pantallas son adictivas y han sido creadas para que lo sean. Sí, también son muy útiles, es cierto, y una gran herramienta.
Pero, y ahora viene lo más importante:
LAS PANTALLAS TENEMOS QUE CONTROLARLAS NOSOTROS, NO ELLAS A NOSOTROS
Parece una obviedad pero no lo es tanto. Las pantallas son maravillosas o nefastas dependiendo del uso que hagamos de ellas y para que eso sea de una forma u otra tenemos que tener claro que quien tiene que tener el control de la pantalla y de la exposición somos nosotros/as, los adultos/as. Si no lo hacemos, lo que ocurre es que la pantalla, que ya nos ha atrapado, acaba teniendo nuestro control y nos desconectamos del mundo que nos rodea, y lo que es peor, de nosotros mismos.
EL GRAN TEMA CON LAS PANTALLAS: LOS LÍMITES
Dependiendo de cómo nos llevemos con los límites nos llevaremos mejor o peor con las pantallas. Porque tener una relación consciente con ellas y con lo que suponen implica poner límites. Aquí tendremos que analizar qué tal nos llevamos con los límites, cómo nos los pusieron a nosotros, cómo lo hacemos nosotros con nuestros hijos e hijas, qué se nos remueve… (Si quieres más información sobre límites tienes un capítulo extenso sobre ello en mi libro Rabietas, y también otro sobre Rabietas por pantallas).
Con este cuento, lo que he querido es transmitir la idea de que somos los padres los que tenemos que reflexionar, cuestionarnos, informarnos y formarnos en este tema para poder poner unos límites conscientes y adecuados al tema de las pantallas en casa. Sin perder nunca de vista que el objetivo para que la familia pueda vivir en armonía es conseguir no desconectarnos nunca los unos de los otros ni tampoco de nosotros mismos.
Ojalá este cuento os ayude a reflexionar en casa, poner unas pautas que estén bien pensadas y que vayan de acuerdo con vuestros valores y circunstancias familiares, y eso os ayude a no desconectaros nunca.
Recuerda, ellas tienen que ser tu herramienta, no tú su esclavo/a, y menos, tus hijos/as.
DATOS PRÁCTICOS:
- Cuento en castellano y en catalán
- De venta en librerías físicas, online, aquí en mi web y también en Amazon
- Edad recomendada: 3 años en adelante, aunque quizás algunos niños y niñas de 2,5 años lo comprenderán también.
MATERIAL EXTRA:
Te dejo un directo que hice hace un tiempo sobre pantallas, quizás también te ayuda: VERLO AQUÍ.
2 respuestas
El libro es mui chulo i se parezca algunas familias de la vida rea
Qué bonito le a encantado a mi ijo
❤️❤️❤️.