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Hasta el 6 de enero
no te quiero

Cuando tu hijo te dice: ¡No te quiero!

El otro día por la tarde Laia se enfadó conmigo. Quería volver a mirar dibujos y le dije que no, que ya había visto la tele y que ya era suficiente. Podíamos pintar, jugar a teatro, jugar a lo que ella quisiera… pero no mirar dibujos.

Empezó a llorar y de repente gritó «¡no te quiero!».

Era la primera vez que decía algo así y debo confesar, con la mano en el corazón, que no me afectó en absoluto. Vi claramente que era su rabia la que hablaba y no me enganché a aquellas palabras.

Le dije «estás muy enfadada conmigo, ya lo veo…». Lloró un poco más y al cabo de un rato me dijo que ya nos podíamos abrazar. Una vez se hubo calmado y nos dimos besos y abrazos, noté que estaba un poco como avergonzada, mirando a ver si yo me había enfadado… Quise des-culpabilizarla y tuvimos esta conversación:

Yo: No me he enfadado, Laia. Te quiero siempre, tanto cuando estás contenta y alegre como cuando te enfadas conmigo. Entiendo que a veces te enojes conmigo. Yo cuando era pequeña también me enfadaba con mi madre.

Ella: Pues yo cuando estoy enfadada no te quiero mucho. Pero después ya sí.

Y me hizo reír. Porque de repente me recordó aquella época mía en la que empezaba a escribir mis «diarios». Por suerte, los tengo todos guardados y puedo leer las cosas que pensaba y me pasaban cuando todavía era pequeña… Un día leí uno en que decía algo parecido a «estoy muy enfadada con mamá, no hay derecho, no me deja hacer lo que yo quiero, blablabla….» absolutamente indignada. Giré página y justo después leí: «al cabo de media hora… Con mamá ya hemos hecho las paces. Retiro todo lo que he dicho de ella. La quiero mucho y es la mejor!». 🙂

Y está bien. Que los hijos puedan enfadarse y desenfadarse… y que nosotros, los padres, no nos enganchemos a la rabia puntual que puedan sentir y sacar como un torbellino.

Porque a veces, cuando nos dicen «no te quiero» o «te odio» o cosas por el estilo, nos pueden doler o tocar en algún lugar profundo y entonces nos podemos sentir ofendidos… Y eso, tomárnoslo de esta manera, simplemente propaga el dolor…

Los hijos deben poderse enfadar y poderse expresar sin pensar que nos desmontaremos si lo hacen o que será un descalabro. Dejemos que se enfaden, validemos lo que sienten, y esperemos…

Cuando los niños sienten que pueden expresarse libremente y que los padres entendemos lo que les pasa y les validamos lo que sienten, pueden soltarse e inevitablemente esa rabia tan enorme que había hace un momento, se disipa.

Ofendernos, engancharnos a las palabras, enfadarnos aún más nosotros, etc… lo hace todo mucho más difícil y hace nacer otro sentimiento: el de la culpa.

Tanto en nuestros hijos (por habernos provocado aquella reacción) como en nosotros (por haber reaccionado así…). Multiplica las personas enfadadas (el niño y también ahora nosotros) y alarga el mal momento.

Dejemos que nos digan que no nos quieren si lo necesitan. No pasa nada. El amor que nos tenemos, cuando el vínculo es fuerte, pasa por encima de estas frases inofensivas… ¡y mucho más!


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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

17 respuestas

  1. Que bé que puguis racionalitzar (entendre) tant bé la reacció de la Júlia i la teva… jo no sé si en sabré… em costa molt, i aixo que la meva filla encara és molt petita. Pero per exemple, sempre tira el menjar al terra, quan ja no en vol més, o no li agrada el que li dones. Li diem que no, que aixo no es fa, pero ella no ho enten, i segueix a la seva. Fins i tot vam intentar dir-li que el que no volgués ho possés damunt la taula (ja que sembla que li molesta a la seva safata i per allo de no dir que no tota l’estona) i ara quan tira algo al terra fa que no amb el dit i després assenyala la taula. Vull dir que s’ho ha apres pero en realitat no ho enten. És un cas concret pero tot sovint em posa de mal humor, no sempre, pero sovint. I penso que si no sé gestionar aquesta petitesa com ho faré més endavant quan comenci a tenir rebequeries… Aix, que difícil aixo de ser pares…

    1. Hola, Núria!
      No pateixis.
      Sobre això que expliques… entenc que a vegades et faci posar de mal humor perquè quan són tan petits, pot ser frustrant repetir-los tantes vegades la mateixa cosa i que la continuïn no fent… Però un dia deixarà de fer-ho, en pots estar segura. Paciència. Paciència és el que es va guanyant dia rera dia i fa que un bon dia això ja no t’incomodi i que ella, de sobte, deixi de fer-ho, i que quan sigui més gran, puguis entendre les seves enfadades al mig del carrer i no posar-te tu igual que ella. Paciència, entendre per quina etapa passa, saber que és normal i, molt important, que passarà! La teva filla és molt petita encara. Per ella tot és un joc, absolutament tot! Ànims. I sí, no és fàcil això de ser pares/mares, però és apassionant, oi?
      Una abraçada

  2. Ayer mismo Joan tuvo una enrabiada con la bici, no podíamos salir en bici, hacía frío, estabamos con su hermana en casa, etc… pues se puso a llorar como un desesperado y me dijo tonta, al dejar a su hermana en un lugar seguro lo fui a buscar,estaba en las escaleras subiendo llorando con una pena tremenda… al llegar al sofá le pregunté a qué quieres jugar? y me dijo quiero ver dibujos contigo, y le dije vale, y al rato me dice te quiero mami, ya no estoy enfadado….

    1. Hola, Pilar!
      Después de la tormenta, viene la calma ¿verdad? Claro que te quiere, más que a nada en el mundo! Los padres no deberíamos nunca dudar del amor de nuestros hijos. Besos!!!

  3. Quanta raó tens !! I què bé poses les paraules a les emocions tant intenses que vivim en la criança dels fills. La meva filla, na Júlia, qué té 3 anys em diu quan li dic que ja no pot mirar més dibuixos «ja no som la teva amiga» «mala» amb molta ràbia. Jo intent dir-li que entenc que s’enfadi, que sóc la seva mamà i que l’estim molt. I me diu «ja no seras la meva mamà»…. Al cap d’una estona es calma, i li faig a saber que quan vulgui la puc agafar en braços….i ens abracem….
    Altres vegades la ràbia fa que aixequi la mà i me pega a les cames. No li don importancia al moment. Li dic tranquil.la, no m’agrada que me peguis…. i esper qeu se calmi. Llavors parlam. Li costa posar paraules de disculpa. Esperam i quasi sempre es resol bé. Cal destacar que té una germana de 4 mesos… i això l’ha feta creixer i patir moltes estones.
    Salut !

  4. Estic d’acord amb casi tot el qhas dit. No enganxar-nos, validar-los i expressarls’hi que els estimem a les bones i a les madures. Pero…no creus que, un cop passada la tempesta i en el moment de la reflexió sel’s hi ha d’ajudar a entendre que les paraules poden fer mal, quan son nomes fruit de la ràbia? Que no es veritat que no estimin, q ho han dit pq estan enfadats? Sense culpabilitzar, pero a mode de reflexió, crec q es important que ho vegin per, poc a poc, gestionar-ho….

    1. Depèn de l’edat, Cris. La majoria de les vegades no fa ni falta parlar-ne perquè ells mateixos de seguida diuen «sí que t’estimo» o «no volia dir el que he dit» i llavors se’n pot parlar una miqueta més. Però ja et dic, el parlar o no, què dir i com, depèn de moltes coses. A vegades per l’edat, el nen no entén res del que li diem i encara se sent més frustrat, justament, perquè no ens entén. Merci pel comentari! Una abraçada!

  5. Acabo de leer el post y casualidades de la vida pero justo hace un rato mi peque quería pintar y le he dicho que ahora tocaba dormir….se ha enfadado y me ha dicho que no era mi amigo. Ha seguido pintando y le he dicho que mañana seguíamos pero ya con tono de voz firme. Me mira y me pregunta: mamá, tú cuando estás enfadada, también me quieres?. Es un hombrecito de 4 años y medio y me sorprende tanto!. Le he mirado y le he contestado que siempre, siempre le quiero, esté como esté.
    A mí me ha dicho una vez que no me quiere pero, es lo q dices Miriam, es la rabia del momento. Nos demuestran tanto, día a día, lo que nos quieren!. Un besazo mamis y papis!

  6. Todavía recuerdo lo que sentí la primera vez que mi hija mayor me dijo, durante un enfado, que no me quería! Yo, que soy de tomarme todo a la tremenda, me sentí herida en lo más hondo… me comporté como una niña y me puse a su altura!
    Con el tiempo me dí cuenta de que era su forma de decirme que estaba MUY enfada conmigo…
    Ahora sé que poner palabras a sus sentimientos y empatizar con ellos les ayuda… ahora me dicen: Estoy muy enfadada contigo, mamá! y cuando se pasa… ahora ,ya, te quiero!
    Me encanta la cercanía con la que te expresas…

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