Cuando establecemos un límite a menudo se enfadan y empiezan a decir cosas que quizás nos puedan herir o remover. Pero recuerda: no es personal.
Todo el mundo dice cosas que no siente cuando actúa de forma inconsciente y desconectada. No te lo tomes como algo personal y mantén el límite desde la calma.
Si quieres saber más sobre qué hacer cuando se cabrean así, tienes mucho más en mi libro “Límites”, disponible en todas las librerías en castellano y catalán.
Ojalá resuene.