7 «daños colaterales» de la adaptación escolar en niños pequeños
El inicio escolar es una removida tengan la edad que tengan los hijos. Hoy me voy a centrar en los
Empecé el blog en febrero de 2011, en este apartado encontraras más de mil posts sobre crianza consciente, reflexiones, consejos y mucho más para ayudarte a vivir una maternidad y paternidad plena, consciente y feliz. En mi canal de YouTube encontrarás más de 200 vídeos que te ayudaran a poner perspectiva y humor a tu día a día.
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El inicio escolar es una removida tengan la edad que tengan los hijos. Hoy me voy a centrar en los
Tengo la suerte de tener amigas que son maestras de niños pequeños y aprendo un montón de ellas y de
Hoy cierro el círculo. Después de hablar de los niños y de los padres, hoy toca hablar de maestras/os. Os
Escena típica en etapa de adaptación escolar: Te levantas ya con un nudo en la garganta. Sabes que hoy
Estos días en que muchos niños están en plena adaptación escolar (ya sean bebés o niños más mayores) es importante
Cuando llega la vuelta al cole podemos escuchar a menudo esta frase: “voy a sufrir más yo que él” o
Hoy he visto una niña a quien le costaba despegarse de su madre y que dentro de una semana empieza la escuela. En ella he visto todos los niños y niñas que estos días todavía no saben lo que les tocará vivir. Algunos se adaptarán rápidamente, pero a otros, les costará un tiempo terminar de vincularse con la maestra o el maestro, acostumbrarse al espacio (la clase), al entorno… Los septiembres me encantaban hasta que me di cuenta que los septiembres estaban llenos de lágrimas en prácticamente todas las guarderías y escuelas infantiles de medio planeta.
Cuando Laia hacía poco que había nacido, vinieron unos amigos a vernos para darnos la enhorabuena. Su hijo acababa de empezar P-3 y cuando les pregunté cómo le iba el cole me dijeron que algo mal desde que, tras los (¡atención!) 15 días de periodo de adaptación, tenían que dejar al niño en la puerta y él tenía que ir solo por el pasillo, entrar en clase y dejar la bolsa y la chaqueta en su taquilla. A su hijo le costaba. Le era muy difícil decirles adiós en la puerta y se le hacía una montaña tener que entrar en clase sin ellos cerca. Lo habían hablado con la maestra pero nada, eran «normas de la escuela» y punto.
Estamos en esa época dura, porque es dura, de la adaptación de muchos niños y niñas en escuelas y guarderías. Estamos en esa época en la que, un año más, recibo bastantes correos o llamadas de madres contándome cómo va la adaptación de sus hij@s. Y siento decirlo, pero la mayoría me llaman para contarme que les va mal. Motivo: adaptaciones que NO son adaptaciones. ¿Qué puedo decirles? Que las entiendo, que es durísimo estar sufriendo viendo como no te permiten quedarte con tu hijo y hacer una buena adaptación y sobre todo, ver que socialmente e institucionalmente eso está aceptado. Que los niños lloren desesperados, ya sea en la guardería, ya sea en la escuela, está más que aceptado, incluso por los padres, muchos de los cuales lo encuentran «normal» y parte de un «proceso». Pues bien… hoy quiero decir: