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Fins el 6 de gener

Entrevista: El part a casa

23.5.2013

 

Em fa moltíssima il.lusió presentar aquesta entrevista. Fa mesos que volia fer-la i va costar poder-nos trobar amb l’Inma Marcos. Volíem parlar tranquil.lament, no amb presses… I finalment vam trobar el dia. El resultat d’aquella conversa-entrevista, és la que podeu llegir (un tros) o escoltar. Us recomano que l’escolteu, perquè allà hi ha el to, l’entonació, sentireu el riure de l’Inma, la seva veu… i segur que us serà molt més agradable. Jo la vaig gaudir molt. Espero que vosaltres també. La transcripció només és la meitat de l’entrevista… el programa amb què faig el blog no em permet carregar tot el text perquè pesa massa. Per això, de nou, molt millor escoltar-la!

 

Pels qui no la conegueu, l’Inma Marcos és llevadora des del 1996. Primer va treballar a la sanitat pública i després i fins a dia d’avui, atenent parts a casa. La trobareu a Néixer a casa, l’empresa que té juntament amb tres llevadores més. El primer que dia que vaig veure la Inma en persona va ser en una trobada d’El Parto es Nuestro, concretament de la seva “branca” Apoyocesáreas y vaig pensar: algun dia l’he d’entrevistar. I finalment, ho he fet! 🙂 L’entrevista la vam fer en castellà, d’aquesta manera, l’entén molta més gent.

 

Escolta l’entrevista o descarrega-la aquí:

 

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Transcripció de l’entrevista:

 

MÍRIAM: Tu Inma trabajaste en la sanidad pública y llega un día que decides que quieres atender partos en casa. Por qué, qué ha pasado, qué cambio hay que te hace tomar esta decisión?

 

INMA: Pues fue por una alergia al látex. Yo estaba en el hospital, trabajando muy feliz, estaba mucho por la labor de los partos naturales en el hospital, pero no imaginaba trabajar de parto en casa. Se me detectó una alergia al látex y para darme una plaza fija se me envió a la médica de empresa para pedir un informe conforme no era un problema trabajar en sala de partos con alergia al látex, y el informe fue negativo: me dijeron que no era apta para trabajar en zona quirúrgica, que era peligroso para mí y que debía dejar de trabajar en hospital para siempre. Yo me puse muy mal, muy triste, porque no me imaginaba dejar de ejercer para mí la profesión más bonita del mundo. Empecé a trabajar en atención primaria y hablando por email con más gente, con comadronas del resto del mundo de habla hispana, cuando expliqué lo que me había sucedido alguien me contestó:  “Inma, y si no puedes trabajar en zona quirúrgica, por que no te vas a trabajar a la zona NO-quirúrgica, al parto en casa?” Yo ahí empecé a ver la luz, empecé a hablar con gente que lo hacía, a aprender, a investigar, y ahí fue cuando empecé!

 

MÍRIAM: Qué cosas tiene la vida, ¿no? Supongo que tu camino debía de ser ese…

 

INMA: Sí, ahora estoy muy agradecida a mi alergia al látex!!! jajajaja…

 

MÍRIAM: Tienes cuatro hijos… En alguno de sus partos sufriste violencia obstétrica?

 

INMA: Sí, sí,… sobretodo en el primero. Yo era muy jovencita y quería ser comadrona desde muy pequeña (yo tenía 4 años y ya decía que quería serlo), pero después del parto de mi primera hija, con 22 años, no quería ser comadrona ya más, porque experimenté un parto muy duro, muy manipulado, muy humillante para mí también. Pensé que esto era un horror lo de parir, y de los partos… y no quería ser comadrona.

 

MÍRIAM: ¿Te marcó?

 

INMA: Sí, mucho. Pero luego mi madre, que es comadrona y está jubilada, ella siempre fue comadrona sumisa, obediente, hospitalaria… me obligó a presentarme a los exámenes para acceder para ser comadrona y yo me presenté para que no me diera la lata, pensando “no voy a sacar nada, no voy a conseguirlo”, y saqué buena nota, y conseguí entrar, y ahora estoy tan agradecida a mi madre…!

 

MÍRIAM: Cuando tenemos una misión en la vida no podemos rehuirla…!

 

INMA: Sí, fue así…

 

MÍRIAM: Esta violencia obstétrica que tu has sufrido, crees que te ha dado la perspectiva para atender las mujeres de otra manera?

 

INMA: Sí… mi madre sufrió violencia obstétrica conmigo. Yo tengo una lesión en la coronilla que todavía se puede ver muy bien. Es una herida profunda que me causó el ginecólogo porque estaba empeñado en hacer la episiotomía a mi madre aunque yo ya estaba con la cabeza saliendo y me clavó las tijeras en la cabeza…

 

MÍRIAM: ¡Ay, por favor…!

 

INMA: Yo creo que estoy haciendo lo que hago porque… “a mí ginecólogos… ¡ja!” jajaja…

 

MÍRIAM: Cuando estabas en la sanidad pública, qué vivías respecto a esto? Qué sentías cuando veías a ginecólogos, comadronas o enfermeras infantilizando a las mujeres, tratándolas mal o no como deberían?

 

INMA: Me sentía muy mal porque además yo era parte del sistema y por protocolo yo estaba obligada a hacer muchas cosas que no quería hacer pero que tenía que hacer… Sobretodo lo peor fue cuando estudiaba comadrona en un hospital de tercer nivel, muy invasivo, donde las mujeres no tienen voz ni voto y las comadronas menos… Allí por rutina se hacía monitorización interna, a todas las mamás de bajo riesgo. La monitorización interna consiste en romper la bolsa, penetrar en la cavidad uterina con una sonda para marcar la frecuencia exacta e intensidad de las contracciones y se clava en el cuero cabelludo del bebé un alambre pequeñito para marcar el latido fetal. Esto se hacía a todos los bebés y mamás allí y dentro de mis prácticas lo tuve que hacer muchas veces. En ese momento me sabía muy mal pero años después es algo que tengo allí que no me gusta haber tenido que hacer eso…

 

“Me sentía muy mal porque además yo era parte del sistema y por protocolo yo estaba obligada a hacer muchas cosas que no quería hacer pero que tenía que hacer…”

 

MÍRIAM: Cuando estabas dentro del hospital vivías con contradicción tu profesión o no todavía?

 

INMA: Mientras me formaba ya lo vivía así pero conforme han pasado los años todavía más. Recuerdo que durante mi formación de comadrona a veces necesitaba encerrarme en un lavabo, llorar sola y tranquila y volver a salir para poder seguir con lo que estaba viendo… Y luego en el hospital era muy difícil apoyar y defender a las mujeres con el peso del equipo médico detrás. Cuántas veces estaba atendiendo un parto y tenía el ginecólogo detrás de la oreja diciendo “¡Corta! ¡Corta! ¡Inma Corta!” “¡Episiotomía!” y al final tenía que hacer una muesca, algo pequeñito para que se callara el ginecólogo… O después de nacer el bebé yo esperaba, dejaba latir el cordón y tenía detrás todo el mundo “Pero corta ya! Corta ya el cordón!”, todo el mundo con prisa… y yo allí secándolo, tardando mucho en secar al bebé, para dejar unos poquitos segundos más, y todo el mundo agobiando… O “¿Por qué no le rompes bolsa, a esta?” y yo todo el rato protegiendo, cerrando la puerta… pero no tenía ninguna autoridad… Muy duro, muy duro…   Entonces yo creo que ahora, trabajando en los partos en casa, la máxima expresión de autonomía profesional de una comadrona es en los partos domiciliarios… En el hospital es  muy duro y muy difícil…

 

MÍRIAM: Crees que no ha cambiado suficiente?

 

INMA: Ha cambiado pero poco. Falta muuuuucho camino todavía.

 

MÍRIAM: Todavía se desconfía de las comadronas en los centros hospitalarios?

 

INMA: Más que desconfiar es que los médicos obstetras han tomado el mando. Ellos creen que son los responsables de todo lo que suceda en una sala de partos. No saben que la comadrona es responsable de sus actos también y entonces quieren que todo suceda como ellos quieren que suceda y no permiten mucha libertad de autonomía profesional a las comadronas.

 

MÍRIAM: Qué opinas cuando te mira una madre y te habla de cesáreas innecesareas, de partos súper manipulados, violencia obstétrica… ¿Qué sientes? ¿Qué se te remueve?

 

INMA: Mucha rabia, mucha rabia… Y me es difícil porque claro, yo estoy acostumbrada a que luego en casa, estas mujeres logran parir todas, casi todas, y los partos son fáciles y sin problemas. O sea yo veo a las mujeres desde la perspectiva que son mujeres sanas y capaces de parir. Que desde el mismo día que nacieron genéticamente ya tienen el don de saber parir cuando sea el momento. De entrada, todo va a ir bien. Y si no va a ir bien, pues que lo demuestre. En cambio, en el hospital, los médicos tienen la visión contraria…

 

“O sea yo veo a las mujeres desde la perspectiva que son mujeres sanas y capaces de parir. Que desde el mismo día que nacieron genéticamente ya tienen el don de saber parir cuando sea el momento. De entrada, todo va a ir bien. Y si no va a ir bien, pues que lo demuestre.”


MÍRIAM: Enfermedad…

 

INMA: Enfermedad, problema, bomba relojería, puede pasar cualquier cosa, peligroso… “Todo parto es de alto riesgo hasta que se demuestre lo contrario”. Después que ya parió, vieron “oh, en realidad no hacía falta hacer todo lo que hicimos”.

 

MÍRIAM: ¿Qué ha pasado para que se nos robara, a las mujeres, el poder de parir? ¿En qué momento perdimos esta confianza en nosotras mismas y otorgamos todo el poder al médico?

 

INMA: Buena pregunta… Yo creo que el miedo. El miedo al dolor, sobretodo, el miedo a que suceda algo… El miedo de las mujeres da alas al poder de los médicos. Y la visión cultural del parto que ha ido evolucionando con el tiempo, y se ha creado como un paradigma de que un parto es un suceso médico, quirúrgico, muy peligroso, que ha de estar controlado, que ha de haber siempre un médico… Y esto es lo que culturalmente, todavía nuestra sociedad tiene en la mente.

 

“El miedo de las mujeres da alas al poder de los médicos. Y la visión cultural del parto que ha ido evolucionando con el tiempo, y se ha creado como un paradigma de que un parto es un suceso médico, quirúrgico, muy peligroso, que ha de estar controlado, que ha de haber siempre un médico…”

 

MÍRIAM: ¿Qué le dirías a una mujer que nos esté escuchando, embarazada, y que se lo ha planteado, pero le da miedo parir en casa… qué le dirías? ¿Realmente es peligroso parir en casa?

 

INMA: Yo le diría que es mucho más peligroso parir en el hospital.

 

MÍRIAM: ¿Por qué?

 

INMA: De entrada porque por norma en casa los partos no se manipulan ni se fuerzan y todo discurre de manera espontánea, de manera que el riesgo de que algo se tuerce es muy muy pequeño. Los partos cuanto más los manipulas, y más rompes aguas y pones oxcitocina, y fuerzas las cosas, más números de que vaya mal. Luego tienes a una o dos comadronas para ti sola en tu casa, y la capacidad para detectar un problema es mayor que cuando estás en el hospital y hay 5 mujeres para una comadrona o dos. Y luego, teniendo un buen plan de traslado, o sea teniendo un coche cerca, mejor a menos de 100 metros de la puerta del domicilio, sabiendo con qué coche, quien conducirá, a qué hospital iremos, y donde estarán las cosas preparadas, y el teléfono del hospital, pues ya podemos estar tranquilas. Los hospitales están bien cuando surge algún problema en casa. Los partos en casa son seguros porque tenemos hospitales donde derivar si hace falta.

 

MÍRIAM: ¿Cuando se tiene que derivar, el tiempo con que decidís que sí se tiene que ir al hospital es suficiente?

 

INMA: Sí. La verdad es que no hemos tenido traslados emergentes que nos fuera la vida del bebé o la madre en minutos nunca. Siempre los traslados son con calma, da tiempo a darse una ducha antes, preparar las cosas, recoger y salir.

 

MÍRIAM: Cuando estáis en un parto en casa para ti qué es lo ideal? ¿Qué recomendarías a una mujer que se lo esté planteando?

 

INMADurante las últimas semanas tenemos bastante contacto, las comadronas vamos a la casa, tenemos bastante contacto frecuente por teléfono, cualquier detalle que les haga pensar que el parto puede estar empezando nos lo comunican. Pero consensuamos el momento en el que llegamos a la casa las comadronas. El momento sería aquel que de parir en el hospital, ellas hubieran ido al hospital: que el parto esté activo e instaurado. Porque si vamos demasiado pronto podemos cortar el rollo y hacer que el parto se pare. Entonces lo que les recomendamos es que durante la fase previa al parto activo, que es la fase lenta de preparto, que puede ser muy larga y durar días a veces o noches, ellas ahorren lo máximo posible de energías. Que duerman, si viene una contracción cada cuarto de hora, tienen que dormir 14 minutos como sea, que coman, desayunen, cenen… para mantenerse con energía suficiente para cuando comience el parto.

 

MÍRIAM: ¿Qué índice de éxito tenéis en “Nacer en casa”, “Néixer a casa”?

 

INMA: ¿De lograr parir en casa?

 

MÍRIAM: Sí.

 

INMA: Pues de un 92% aproximadamente. Estadísticas de traslado, de llevar a la mamá al hospital aproximadamente entre el 8 y el 10 por ciento.

 

MÍRIAM: De este 8 o 10, ¿qué porcentaje acaba en cesárea?

 

INMA: El 3 por ciento. Bueno, no del 8 sino que de todos los partos que atendemos, un 3 por ciento acaban en cesárea.

 

(segueix…)

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L’entrevista continua, pero és tan llarga (30 minuts), que el programa amb què faig el blog no em permet carregar tot el text. Em sap greu. Si voleu seguir-la, ho haureu de fer a través de l’àudio, que de fet, és molt millor.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

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