Y si…?
Hay dos clases de “¿y sí…?”. Una es la buena, la que está bien, la que no os tiene que asustar y es cuando, de repente, tienes una idea más genial que la anterior y de repente, te iluminas con algo que puede ir mejor, que puede ser más divertido, que puede haceroslo pasar mejor a todos… Por ejemplo, estás charlando con la pareja y habéis decidido que el domingo iréis a la montaña a hacer esto o aquello otro y de repente te viene aquella idea y dices “¿y sí… cambiamos de planes y vamos a la playa, que no haga tanto frío, y hacemos una paella al lado del mar y pasamos allí todo el día?”. O este: “¿Y sí… cuando salga de la escuela la vamos a buscar y vamos de pic-nic a tal lugar?”…