Los niños también se estresan
Despertarlos a una hora determinada cuando todavía tienen sueño. Tener que levantarlos rápido porque hay que ponerse en marcha. No dejarles desayunar con calma porque hay prisa, porque si fueran a su ritmo, no llegaríamos a la hora al trabajo. Decir «date prisa, vístete, que es para hoy…», llevarlos a la escuela (o a la guardería) mientras se terminan el desayuno ya en la sillita del coche y se frotan los ojos de sueño. No tener tiempo ni para jugar, ni para cantar, ni para casi nada divertido.