Mi parto
Lo digo de entrada, rompiendo quizás toda intriga; mi parto no fue como me había imaginado. Y esta fue mi primera lección, en el parto, como en tantas otras cosas, tienes que entregarte a lo que ES, sin esperar nada. Porque de nada sirvió haber hecho millones de visualizaciones del nacimiento de mi hija. Dentro de mí, me aseguraba que yo estaba preparada para todo lo que pudiera pasar ese día, pero en el fondo, yo sólo me había preparado para un parto más bien corto, vaginal y natural. Y francamente, no fue ninguna de las tres cosas. No me malinterpretéis, no estoy diciendo que fuera un «mal» parto o que no me haya quedado un buen recuerdo. Simplemente digo que lo que fue y lo que yo esperaba, no tuvo nada que ver. Bueno, quizás hubo puntos de coincidencia; la conexión entre los tres, y que experimenté en mí una fuerza física y psíquica que era justamente lo que había leído en muchos libros; vaya, que las mujeres estamos preparadas para parir.