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Balance

Balance

5.9.2011

Los que me seguís ya sabéis que en julio volví a trabajar, vaya, mejor dicho: me reincorporé a mi trabajo, en la radio. Pues bien, después de dos meses en los que han pasado muchas cosas, creo que es hora de hacer balance y sobre todo, porque ahora comienza una nueva etapa, con un nuevo horario, etc.

Durante dos meses he trabajado de noche, pero no todas porque tengo reducción de jornada. La conclusión es que no nos hemos acostumbrado. Ni yo, ni mi compañero, ni, por supuesto, Laia. El primer mes pareció que todo el mundo lo llevaba más o menos bien, pero fue más casi una ilusión, como si los tres nos hubiéramos pensado que eran sólo unos días. Pero a medida que esto de trabajar de noche se fue alargando, cada vez lo hemos ido llevando peor. Yo sin duda, por el sueño, porque de día me ha costado muchísimo dormir y lo he hecho muy poco. Consecuencia, el cansancio que arrastraba por las tardes, después de haber dormido poco y mal por las mañanas, era terrible. Pero también porque irme justo cuando él y Laia se iban a dormir se me hacía duro. ¡No quería irme!

Laia lo ha sufrido. Cuando se despertaba porque tenía sed o lo que fuera y yo no estaba, de alguna manera se ponía en alerta, como si algo no acabara de encajar, y entonces se acababa desvelando. Alguna noche lloró preguntando por mamá, pero por suerte pocas. Eso sí, le costaba volver a dormirse y quizás tardaban una hora y media o dos! Ni que decir tiene que él, mi compañero, ha ido muy corto de sueño, también… sobre todo porque a las 8h de la mañana le sonaba el despertador, hubiera dormido o no (generalmente era que no).

Pero todo ello ha tenido otra consecuencia: con el cansancio, todo empeora. Yo tenía pocas ganas de jugar, Laia estaba más demandante porque me echaba de menos y porque no quería que mamá tuviera sueño todo el día, y ya tenéis las chispas a punto para saltar!

No todo ha sido malo: volver a mi trabajo me ha gustado. Me he dado cuenta de que aún me apasiona, que aún vibro, y eso me gusta. He disfrutado volviendo a hacer antena, volviendo a escribir, volviendo a hacer radio… no puedo evitarlo, me gusta. Pero lo que más me ha gustado de todo… el Tener Hijos. Prepararlo, hacer las entrevistas, escribir los guiones, y ponerlo en antena con mi amigo Soler y Laia Claret, ha sido la bomba, simplemente. He disfrutado como nunca. He podido unir pasión y profesión y eso no tiene precio. Y más aún cuando he visto que el espacio ha tenido eco, que ha gustado, que cada semana subía a lo alto del «más escuchado» en Catalunya Ràdio, cuando veía que no sólo gustaba a personas que tenían hijos o querían tenerlos, sino también a aquellos que nunca se les ha pasado por la cabeza, o a personas de 60 años y niños de 10. Y en el fondo, no es tan extraño. Hablábamos de cosas «normales». De amar, de sufrir, de sentir… y todos, quien más quien menos, amamos, sufrimos y sentimos. Evidentemente que habrá quien no le haya gustado nada pero también es normal… no llueve nunca al gusto de todos.

Acabo el verano con la sensación de trabajo bien hecho, de misión cumplida. Inicio la nueva etapa, el nuevo curso, con la sensación de que los tres (Laia, mi compañero y yo) hemos aprendido algo con la dificultad que nos ha supuesto separarnos de noche. Yo he aprendido que mi hija no se dobla y que reivindica lo que quiere y anhela. He aprendido que no se acostumbra fácilmente a lo que le desagrada. He sabido qué es marcharse de casa y oírla llorar a pulmón mientras arranco el coche y aunque me ha roto el corazón, lo he vivido como algo que «pasará», como un «inevitable», aprendiendo que no puedo ahorrarle todo el dolor, porque es simplemente, imposible. No puedo decir qué ha aprendido ella, porque no me lo puede decir, pero confío en que le haya servido de algo.

Aún estoy cansada y no me he acabado de recuperar, pero estoy en el camino. Sé que muy pronto echaré de menos el Tener Hijos; me queda un gran recuerdo. Estoy agradecida a la vida para ponérmelo en el camino y por haberme permitido volver al trabajo cuando he estado preparada para hacerlo.

¡Que empiece la nueva etapa!

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

2 respuestas

  1. Te entiendo. Yo también soy periodista y aunque estuve trabajando en radio muy poquito tiempo es cierto que engancha y que se acaba echando de menos. ¡Y si encima estás en un programa cuyo contenido te apasiona y con el que te sientes identificada supongo que mucho más! Aún así creo que trabajar de noche debe ser horrible cuando se tienen nenes pequeños, ya no solo por no estar ahí si una noche te necesitan, sino porque por la mañana, cuando su día comienza, tú sólo quieres dormir.

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