14.5.2012
Con la primavera nos ha pasado aquello de que intentas quedar con alguien, abres la agenda y te das cuenta que tienes todos los domingos del mes comprometidos para hacer cosas geniales con gente fantástica. La primavera hace que las ganas de salir y de disfrutar del buen tiempo y de la buena compañía exploten. Así, a tope, sin medida, y provoca también aquello de llegar al lunes más cansada que el viernes, simplemente porque has pasado un fin de semana de aquellos de no parar ni un solo momento. Lo has disfrutado al doscientos por ciento, y te has fundido físicamente. ¡Necesitarías todo el lunes y todo el martes para recuperarte!
Llevamos unos fines de semana que no paramos de hacer cosas con amigos… Un día tras otro, non stop. El hecho de que Laia sea mayor y que disfrute más de los saraos, de ser muchos en la mesa, de encontrarse con otros niños y pasárselo bomba, ayuda. Porque la vemos tan feliz, tan llena, que lo único que tienes ganas es de montar más saraos. Y yo, que tengo cierta tendencia a ello… sólo falta que mi hija me anime un poco, que ¡no tendremos un domingo libre hasta el año que viene!
Ayer fue un día de estos, de compartir con mucha gente, con muchos amigos, y de pasárnoslo pipa. Nos encontramos 7 familias en la playa. 14 adultos, 7 niños que rondan los tres años, 5 bebés y un pequeñito gestándose. ¡Vamos, que éramos un montón! En un momento dado Laia iba cogida de la mano de dos amigos suyos y la miré la mientras caminaban. Ella me vio y me dijo orgullosa: «Mamá … estoy con mis amigos». Y se marchó, más contenta que unas pascuas, sintiéndose mayor e independiente de caminar «sola» con «sus amigos».
Y pensé que hace relativamente poco que habla con estos términos, y que le gusta destacar que los tiene y que son suyos, y que hacen cosas muy chulas, y que le gusta mucho jugar con ellos… Ayer, mientras los veía caminar me hizo feliz ver que ella también tiene y tendrá sus amigos y deseé que los valore tanto como yo valoro los míos. Que les quiera tanto como yo les quiero y que entienda lo importante que es tenerlos y cuidarlos. Caminar cogidos de la mano, cada uno con su historia, con su vida,… pero cerquita, para hacerlo todo más fácil e infinitamente más divertido.
2 respuestas
L’ultim paragraf es pura veritat, Miriam. Els amics son essencial per la nostra vida. En el meu cas, una amiga de veritat s’esta allunyant de mi perque segons ella jo no soc la mateixa desde que soc mare. Tambe em diu que vivim en realitats molt diferents (ella sense parella pero amb ganes de tenir-ne)i que es complicat acoplar-nos. I mira que jo visc a Edinburgh, sino imagina’t. Jo anyoro molts els meus amics, amb les noves tecnologies intentem estar en contacte pero el dia a dia fa que sigui dificil. Pero igualment jo se que estan alla. Espero que el meu fill tingui molta sort amb els seus, que els valori, els cuidi, els estimi perque son una part super important de la vida
un peto
Hola, Raquel.
Segurament la teva amiga té raó; no som les mateixes després de ser mares, però som millors! Més empàtiques, més felices, més sensibles… Però hi ha qui no ho veu en positiu… Viure realitats diferents no té per què ser un impediment a l’amistat. Jo tinc amics amb vides que no tenen res a veure a la meva i ens nodrim mútuament amb experiències ultradiferents… A vegades però també hem d’acceptar que hi ha amistats que perduren i d’altres que no, per molt greu que ens sàpiga.
Ànims i una abraçada.