Acompañar a los hijos/as por la noche en su dolor físico o emocional es de las cosas más duras. Cuando tienen miedo, o fiebre, o dolor de cualquier tipo, estar ahí sin dormir es agotador. Pero que estés ahí por la noche, el momento más vulnerable de las 24h del día, significa todo. Tus hijos van integrando cosas tan importantes como: importo, merezco ser cuidado con amor y no estoy solo. Y esto es de las cosas más importantes que le puedes transmitir. Con tu presencia atenta, consciente y conectada y con tu amor. Así que cuando por las noches estés acompañando y sientas que no puedes más, piensa que lo que estás haciendo es crucial. Que es un poso, una base que estás dejando en tus hijos para siempre. Y eso les ayudará a sentirse seguros y a quererse toda la vida. Y piensa que no estás solo/a. Somos muchos acompañando por la noche, en el mismo momento qye tú, a nuestros hijos. Siente esa fuerza.
Llevamos 3 noches sin dormir mucho en esta casa. Y siempre que ocurre eso, que a Mr.M y a mí nos toca acompañar por la noche, cuando estamos cansados y con sueño, saco fuerzas de pensar en lo importante que es lo que estamos haciendo.
Con cada mimo, con cada atención, con nuestra presencia de madrugada, estamos haciendo algo poderoso e importantísimo: que no se sientan solas, que se sientan cuidadas y amadas, que sientan que importan, que son merecedoras de amor y cuidado.
Esto es invisible a los ojos pero es algo profundo, que va a la raíz de su ser y que las empodera, les da base y sostén.
La noche, tan oscura, tan larga cuando la pasas despierta y tan dura a veces, puede ser vista también como una oportunidad en la que sembrar semillas vitales para su existencia. Eso nos ayudará a no desfallecer y a seguir sosteniendo….
Todo pasa y después de la noche, llega el día. Que cuando miremos atrás no nos arrepintamos de no haber acompañado como merecían y como merecemos
Si has dormido poco hoy, y ayer, y… te abrazo