Corazas
Hay una cosa en la maternidad/paternidad que a veces incomoda muchísimo y es que las corazas que teníamos y que llevábamos con más o menos esportividad y orgullo, se funden. Nuestros hijos tienen la capacidad innata de vernos como somos, más allá de lo que queremos esconder o deseamos aparentar. No hay escapatoria, cuando tienes hijos: te descubren, te desnudan y no hay coraza que ellos no puedan atravesar o fundir de una mirada.