Amarte
Amarte. Amarte desde el fondo. Amarte con la piel y con los huesos. Amarte, por primera vez, desde la invisibilidad de lo que sólo se piensa. Amarte desde el tacto, después: benditas manos, que podían tocarte. Amarte por todo y por nada. Porque no puedo hacer otra cosa, porque con esto, no hay escapatoria.