Somos mucho más
Yo soy bajita, ya lo sabéis. Tú Laia ya me llegas a la altura de los pechos y dentro de dos días serás igual que yo. Vuestras abuela y bisabuela también son bajitas y tenemos las tres el mismo estilo: pequeñas, delgadas y proporcionadas. Hace muchos años, cuando esto de ser bajita me provocaba un poco de complejo es lo que me decía siempre: «pero soy proporcionada». Me consolaba, mira. Porque siempre, en el cole y en otros lugares, ha habido quien se ha reído de mí. De hecho, y eso más vale que lo sepáis ya ahora, en el imaginario colectivo hay un estándar de cuerpo con unas proporciones y unas medidas. Y si no entras en él, ya has pringado. Uno porque es demasiado gordo, el otro porque es demasiado delgado, uno porque se sale de la media por alto, y otro por abajo. Una porque se sale por los pechos grandes, la otra por los pechos pequeños, uno por unas orejas grandes y el otro por los ojos un poco torcidos.