Ahora no me sale
Leí todo lo que salió al respecto con unos ojos como platos, la verdad. Que en el siglo XXI se digan tonterías como las que se han dicho me dejan estupefacta pero a la vez me sorprendía que no me viniera aquella indignación subiendo por la boca del estómago como en otras ocasiones con otras polémicas semejantes. Pasaron los días y me seguía preguntando por qué no me sentaba delante del ordenador y ponía el grito en el cielo. En otra época me habría indignado como la que más y habría hecho algún texto demoledor para sacar con palabras todo lo que aquello me hacía sentir.