Meditar
Hace unos 10 años todo estaba bien. Me sentía feliz con mi vida, con el rumbo que había cogido. Era periodista, trabajaba en Catalunya Ràdio y me gustaba lo que hacía. Todo estaba bien, lo sabía, lo sabía mi mente, la parte racional, pero dentro de mí sentía que algo no lo estaba. Más de un día y de dos, cuando volvía a casa después de un día intenso de trabajo, tenía taquicardia. A veces me iba a dormir y no podía parar de dar vueltas en la cama. La mente no paraba. Pensaba constantemente y en todo momento en lo que tenía que venir, en lo que tenía que hacer o en lo que ya había venido y en lo que ya había hecho. Era un no parar. Y sí, me sentía profundamente estresada.