La caca
Algo que suele chocar mucho a las personas que no tienen hijos es escuchar a otras (que sí los tienen), hablar sin ningún tipo de reparo de las cacas de sus niños y niñas. Les sorprende con qué facilidad, con qué asiduidad y con qué fluidez madres y padres noveles hablan de caca: de qué color tenía, de qué consistencia, de cuántas ha hecho hoy, de cómo las hizo ayer… Y esa persona sin hijos de repente se siente desplazada «¡Nunca le había oído hablar así! ¿Pero cuándo me han cambiado el amigo?» y llegan a casa y le dicen a su pareja (con quien todavía no tienen hijos y no saben si los tendrán)… «Si algún día tengo un hijo, nunca hablaré de sus cacas» como lo hacen las madres del trabajo, o del grupo de amigos, o de donde sea!