Querida Lua
Hace una semana que sé que eres tú, Lua, la que está dentro de mi barriga y no Pau. Hacía muchos días que tenía unas ganas locas de saber cuál era tu sexo para poder llamarte por el nombre, para poderme vincular aún más a ti. No te negaré que me ha pasado exactamente como con Laia. Aunque cuando era pequeña y joven siempre había sentido que tendría niñas, una vez me quedé embarazada de Laia, sólo soñaba con bebés que eran niños. Sí, y tenían pene y cara de niño! 🙂 No es que quisiera un niño, en absoluto. Me daba completamente igual. Cuando nos dijeron «es una niña» fuimos muy felices, los dos. Y después de 4 años y pico puedo decir que me encanta tener una hija.