Laia y tú
El día que explicamos a tu hermana que estabas en mi vientre pareció contenta, pero no habló mucho de ti. Nosotros decidimos que lo haríamos sólo si ella sacaba el tema porque no queríamos agobiarla, todavía faltaban casi 9 meses de embarazo, o sea que no había prisa. Cada uno va asimilando las noticias a su manera, y queríamos respetar su ritmo. Estábamos de vacaciones y al poco llegó un día que comenzó a estar excesivamente demandante. Sospechosamente demandante. «Mamá, mírame, mamá, mamá, mamá, mírame, papá, papá, papá, papá», constantemente. Yo estaba muy cansada, aquel cansancio que ya te conté, y tanta demanda me era difícil de sostener. Pero lo hacía. Como podía, pero lo hacía .