Transcendencia
Hoy por la tarde salía de casa de mi abuela y llovía. Me ha dicho «corre, coge un paraguas y ya me lo devolverás». Le he dicho que no, que era un momento y que llevaba capucha, que ningún problema. Tenía que ir a comprar cuatro cosas andando y siempre he pensado que cuando vas a hacer recados, los paraguas más bien estorban. He ido a paso ligero, con cierta prisa por «miedo» a mojarme. He comprado y cuando he salido llovía aún más fuerte. No tenía ganas de correr y he recordado los turistas que vi la semana pasada también en un día de lluvia, que ni se inmutaban.