Un paso por delante
Los hijos nos van un paso por delante. Si no siempre, a menudo. Estos días lo he tenido tan claro… Hacía unas semanas que tenía la sensación de ir a destiempo con Laia. Algo no terminaba de encajar, como si estuviéramos (un poco todos) «desajustados». Como si no acabáramos de fluir, no sé muy bien cómo explicarlo. Era una sensación que no me gustaba y no acababa de saber qué demonios estaba pasando. Pero finalmente este fin de semana lo he visto claro: Laia iba un paso por delante de nosotros.