No me gusta
No me gusta cuando ella se pone enferma. Cuando no se encuentra bien, o se cae y se hace daño. No me gusta nada cuando sufre, aunque sea sólo un poco. Sé que es así, que es inevitable, que estas cosas pasan y que no es nada grave. Sé perfectamente que su cuerpo necesita irse fortaleciendo, que su equilibrio necesita perfeccionarse y que caerá muchas veces cuando trepa y hace aquellas cosas que yo a veces prefiero no mirar… Sé que todo esto es así, y que es normal, y que es necesario y que tengo que acostumbrarme y aguantarme. Pero no puedo evitarlo: no me gusta.