El nombre
Yo me llamo Miriam porque un día, mis padres estaban en una playa de Francia y se ve que unas toallas más allá, había una niña muy bonita que se llamaba Miriam. Oyeron que su madre la llamaba por ese nombre y les gustó. Tanto, que decidieron que si tenían una hija se llamaría así.
Laia se llama Laia porque un día, su padre y yo, bastante antes de embarazarnos, decidimos que si alguna vez teníamos una niña, le pondríamos ese nombre. Durante unos días habíamos ido pensando nombres. Escuchábamos como sonaban y sobre todo, como nos sentíamos pronunciándolos y los íbamos descartando. No nos costó mucho. Laia si era niña. Biel si era niño. Lo teníamos clarísimo.