Cierre o apertura?
Cuando hay una desgracia, automáticamente lo que viene es miedo. Miedo de que te pueda pasar a ti, de que pueda pasar a los tuyos. Si eres empático, resuenas con el dolor del otro y eso, aunque no queramos, a veces nos aterroriza. Y el miedo, ya lo sabemos, es “cierre”. Nos cerramos un poco al presente, evidentemente que para protegernos. Es una reacción natural que no debería preocuparnos, siempre y cuando este cierre no se perpetúe, siempre y cuando ese miedo no nos acompañe más de lo que sería «razonable».