¡Come, por favor!
Adela pone la mesa con un nudo en el estómago. Hace unos días que le pasa, cada vez cuando se dispone a hacer la cena o a preparar la mesa. Odia este rato y no acaba de entender qué ha pasado porque antes fuera un momento agradable y ahora, en cambio, tenga esa angustia en la boca del estómago cada vez que abre el cajón de los cubiertos para ponerlos en la mesa… Mejor dicho, sí sabe qué ha pasado pero no entiende cómo. Antes desayunar, almorzar, cenar juntos era un momento agradable. Ahora ya no. Porque ella no come.