¡Guapa!
Sé que después de parir tardé siglos a volver a sentirme guapa. A volverme a sentir “estupenda”, a volver a tener ganas de arreglarme, de pintarme, de presumir… Si os tengo que ser sincera, no me importaba lo más mínimo. Yo era feliz dentro de mi burbuja de mujer acabada de parir, de mujer con los pechos a punto de reventar llenos de leche que mira y admira aquella criatura que ha gestado 9 meses dentro del vientre. Si estaba guapa o no, a mí, me importaba (cómo acostumbro a decir) 0. Al cabo de unos meses de burbuja, me di cuenta que me costaba volver a sentir mi cuerpo… mío. Era cómo si todavía no me acabara de pertenecer. La cicatriz, las tiranteces, los pechos… todo ello lo hacía algo más difícil y de hecho, hablé de esto en el post… “¿QUÉ LE PASA A MI CUERPO?”