Sabado, 14:50h
A Laia, cuando algo le da miedo o respeto, o tiene alguna dificultad, normalmente habla de ello como si le estuviera pasando a su hijo o a algún personaje que se inventa. Hablar así, en tercera persona, le hace más fácil contar lo que siente. En honor a ella, que es lo que más amo, explicaré hoy algo que también me es muy difícil, esperando que su sistema, hoy, me ayude.
«El sábado ella tenía que entrar a trabajar a las 15h de la tarde. Se había marchado hacia Barcelona todavía un poco agobiada porque un rato antes, su hija había caído mientras jugaba sobre la cama y se había dado con el canto de la mesita de noche en la frente y la mejilla.